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1° Carta de Pedro
Capítulo 
1 |
A los ancianos que están entre ustedes les ruego como colega, testigo de la pasión de Cristo y partícipe de la gloria que se ha de revelar:
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2 |
apacienten el rebaño de Dios que les han confiado, cuidando de él no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por ambición de dinero, sino generosamente;
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3 |
no como tiranos de los que les han asignado, sino como modelos del rebaño.
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4 |
Así, cuando se revele el Pastor supremo, recibirán la corona eterna de la gloria.
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5 |
Lo mismo ustedes, jóvenes, sométanse a los ancianos. Que cada uno se revista de sentimientos de humildad para con los demás, porque Dios resiste a los soberbios y otorga su favor a los humildes.
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6 |
Por tanto, humíllense bajo la mano poderosa de Dios, y a su tiempo él los elevará.
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7 |
Encomienden a Dios sus preocupaciones, que él se ocupará de ustedes.
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8 |
Sean sobrios, estén siempre alertas, porque su adversario el Diablo, como león rugiendo, da vueltas buscando a quien devorar.
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9 |
Resístanlo firmes en la fe, sabiendo que sus hermanos por el mundo sufren las mismas penalidades.
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10 |
El Dios de toda gracia que por Cristo Jesús los llamó a su gloria eterna, después que hayan padecido un poco, los restablecerá y fortalecerá, los hará fuertes e inconmovibles.
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11 |
A él sea el poder y la gloria por los siglos. Amén.
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12 |
Les escribo estas breves letras por medio de Silvano, a quien considero un hermano fiel, para aconsejarlos y asegurarles que ésa es la verdadera gracia de Dios: manténganse en ella.
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13 |
Los saluda la comunidad de elegidos de Babilonia y también Marcos, mi hijo.
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14 |
Salúdense mutuamente con el beso fraterno. Paz a todos ustedes, los que están unidos a Cristo.
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