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1° Carta de Pedro
Capítulo 
1 |
Como Cristo padeció en su cuerpo, ármense ustedes con la misma actitud: quien ha sufrido en la carne ha roto con el pecado
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2 |
y lo que le queda de vida corporal, ya no sigue los deseos humanos, sino la voluntad de Dios.
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3 |
Bastante tiempo en el pasado han vivido como los paganos, practicando el libertinaje, vicios, borracheras, orgías, comilonas e intolerables idolatrías.
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4 |
Ahora, como ustedes ya no los acompañan en los excesos de su mala vida ellos los insultan.
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5 |
Pero tendrán que rendir cuentas al que está dispuesto a juzgar a vivos y muertos.
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6 |
Para ello se llevó también a los muertos la Buena Noticia: para que condenados como hombres a morir corporalmente, vivieran espiritualmente como Dios.
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7 |
Se acerca el fin del universo: por eso tengan la moderación y sobriedad necesarias para poder orar.
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8 |
Ante todo, haya mucho amor entre ustedes, porque el amor perdona una multitud de pecados.
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9 |
Practiquen la hospitalidad mutua sin quejarse.
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10 |
Cada uno, como buen administrador de la multiforme gracia de Dios, ponga al servicio de los demás los dones que haya recibido.
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11 |
Quien predica, hable como quien entrega palabras de Dios; el que ejerce algún ministerio hágalo como quién recibe de Dios ese poder; de modo que en todo sea glorificado Dios por medio de Jesucristo. A quien corresponde la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
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12 |
Queridos, no se extrañen del incendio que ha estallado contra ustedes, como si fuera algo extraordinario;
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13 |
alégrense, más bien, de compartir los sufrimientos de Cristo, y así, cuando se revele su gloria, ustedes también desbordarán de gozo y alegría.
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14 |
Si los insultan por ser cristianos, dichosos ustedes, porque el Espíritu de Dios y su gloria reposan en ustedes.
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15 |
Que ninguno de ustedes tenga que padecer por ladrón o asesino o criminal o por meterse en asuntos ajenos.
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16 |
Pero si padece por ser cristiano, no se avergüence, antes dé gloria a Dios por tal título.
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17 |
Llega el momento de comenzar el juicio por la casa de Dios. Y, si empieza por nosotros, ¿cuál será la suerte de los que rechazaron la Buena Noticia de Dios?
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18 |
Si el justo apenas se salva, ¿qué será del impío y del pecador?
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19 |
Por lo tanto, los que padecen por voluntad de Dios, sigan haciendo el bien y confíen sus vidas al Creador, que es fiel.
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