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Carta a los Hebreos
Capítulo 
1 |
Mientras se mantiene en pie la promesa de entrar en el descanso de Dios, debemos tener cuidado, para que ninguno de ustedes quede excluido;
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2 |
porque también a nosotros, como a ellos, nos anunciaron la Buena Noticia. Pero el mensaje que ellos oyeron no les valió porque no se unieron por la fe con aquellos que la aceptaron.
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3 |
Nosotros, en cambio, los que hemos creído, entraremos en ese descanso, como queda dicho: Juré airado que no entrarán en mi descanso. Las obras de Dios, por cierto, concluyeron con la creación del mundo,
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4 |
como se dice en un texto sobre el séptimo día: El séptimo día descansó Dios de todas sus tareas,
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y en este otro: no entrarán en mi descanso.
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6 |
Ahora bien, como quedan algunos por entrar en ese lugar de descanso, y los que recibieron primero la Buena Noticia, por su rebeldía no entraron,
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7 |
Dios señala otro día, un hoy, pronunciando mucho después por medio de David, el texto antes citado: Si hoy escuchan su voz, no endurezcan el corazón.
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8 |
Si Josué les hubiera dado el descanso, no se hablaría después de otro día.
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9 |
Luego queda un descanso sabático para el pueblo de Dios.
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10 |
Uno que entró en su descanso descansa de sus tareas, lo mismo que Dios de las suyas.
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11 |
Por tanto, esforcémonos por entrar en aquel descanso, para que ninguno caiga imitando aquel ejemplo de rebeldía.
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12 |
Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz y más cortante que espada de dos filos; penetra hasta la separación de alma y espíritu, articulaciones y médula, y discierne sentimientos y pensamientos del corazón.
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13 |
No hay criatura oculta a su vista, todo está desnudo y expuesto a sus ojos. A ella rendiremos cuentas.
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14 |
Ya que tenemos en Jesús, el Hijo de Dios, un sumo sacerdote excelente que penetró en el cielo, mantengámonos firmes en nuestra confesión de fe.
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15 |
El sumo sacerdote que tenemos no es insensible a nuestra debilidad, ya que, como nosotros, ha sido probado en todo excepto el pecado.
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16 |
Por tanto, acerquémonos confiados al trono de nuestro Dios, para obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno.
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