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2° Carta a Timoteo
Capítulo 
1 |
Delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te ruego por su manifestación como rey:
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2 |
proclama la palabra, insiste a tiempo y destiempo, convence, reprende, exhorta con toda paciencia y pedagogía.
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3 |
Porque llegará un tiempo en que los hombres no soportarán la sana doctrina, sino que, siguiendo sus pasiones, se rodearán de maestros que les halaguen los oídos.
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4 |
Darán la espalda a la verdad, y se volverán para escuchar cosas fantasiosas.
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5 |
Tú vigila continuamente, aguanta las pruebas, realiza la tarea de anunciar la Buena Noticia, cumple tu ministerio.
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Recomendaciones y saludos finales
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6 |
En cuanto a mí, ha llegado la hora del sacrificio y el momento de mi partida es inminente.
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7 |
He peleado el buen combate, he terminado la carrera, he mantenido la fe.
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8 |
Sólo me espera la corona de la justicia, que el Señor como justo juez me entregará aquel día. Y no sólo a mí, sino a cuantos desean su manifestación.
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9 |
Procura venir a verme cuanto antes;
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10 |
porque Dimas, enamorado de este mundo, me ha abandonado y se ha ido a Tesalónica, Crescente se ha ido a Galacia, Tito a Dalmacia.
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11 |
Sólo Lucas se ha quedado conmigo. Recoge a Marcos y tráelo contigo, ya que lo encuentro muy útil en el ministerio.
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12 |
A Tíquico lo envié a Éfeso.
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13 |
Cuando vengas, tráeme la capa que dejé en Tróade en casa de Carpo, también los libros y, especialmente, todos los pergaminos.
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14 |
Alejandro el herrero me ha tratado muy mal: el Señor le pagará como se merece.
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15 |
Tú también guárdate de él, que se ha opuesto tenazmente a mis discursos.
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16 |
En mi primera defensa nadie me asistió, todos me abandonaron; espero que Dios no se lo tome en cuenta.
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17 |
El Señor, sí, me asistió y me dio fuerzas para que por mi medio se llevase a cabo la proclamación, de modo que la oyera todo el mundo; así, el Señor me arrancó de la boca del león.
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18 |
Él me librará de toda mala partida y me salvará en su reino celeste. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
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19 |
Saluda a Prisca y Áquila y a la familia de Onesíforo.
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20 |
Erasto se quedó en Corinto. A Trófimo lo dejé enfermo en Mileto.
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21 |
Procura venir antes del invierno. Te saludan Eúbulo, Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos.
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22 |
El Señor esté con tu espíritu. Gracia a todos ustedes.
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