 Volver 1° Carta a los Tesalonicenses
Capítulo 
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Acerca de fechas y momentos no hace falta que les escriba;
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porque ustedes saben exactamente que el día del Señor llegará como ladrón nocturno,
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cuando estén diciendo: qué paz, qué tranquilidad; entonces, de repente, como los dolores del parto le vienen a la mujer embarazada, se les vendrá encima la destrucción, y no podrán escapar.
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A ustedes, hermanos, como no viven en tinieblas, no los sorprenderá ese día como un ladrón.
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Todos ustedes son ciudadanos de la luz y del día; no pertenecemos a la noche ni a las tinieblas.
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Por tanto, no durmamos como los demás, sino vigilemos y seamos sobrios. Los que duermen lo hacen de noche;
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y los que se emborrachan también.
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Nosotros, en cambio, que somos del día, permanezcamos sobrios, revestidos con la coraza de la fe y el amor, y con el casco de la esperanza de salvación.
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A nosotros Dios no nos ha destinado al castigo, sino a poseer la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo,
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el cual murió por nosotros, de modo que, despiertos o dormidos, vivamos siempre con él.
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Por tanto, anímense y fortalézcanse mutuamente, como ya lo están haciendo.
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Consejos y saludos finales
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Les pedimos, hermanos, que tengan respeto a los que trabajan entre ustedes, los gobiernan y aconsejan en nombre del Señor;
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muéstrenles cariño y afecto por su trabajo. Vivan en paz unos con otros.
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Esto les recomendamos, hermanos: reprendan a los que no quieren trabajar, a los desanimados, anímenlos, a los débiles socórranlos y con todos sean pacientes.
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Cuidado, que nadie devuelva mal por mal; busquen siempre el bien entre ustedes y con todo el mundo.
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Estén siempre alegres,
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den gracias por todo. Eso es lo que quiere Dios de ustedes como cristianos.
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No apaguen el fuego del espíritu,
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no desprecien la profecía,
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examínenlo todo y quédense con lo bueno,
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eviten toda forma de mal.
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| 23 |
El Dios de la paz los santifique completamente; los conserve íntegros en espíritu, alma y cuerpo, e irreprochables para cuando venga nuestro Señor Jesucristo.
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El que los llamó es fiel y lo cumplirá.
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Rueguen también por nosotros, hermanos.
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| 26 |
Saluden a todos los hermanos con el beso santo.
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| 27 |
Por el Señor les recomiendo que lean esta carta a todos los hermanos.
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| 28 |
La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes.
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