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1° Carta a los Tesalonicenses
Capítulo 
1 |
Por lo demás, hermanos, les pedimos y rogamos en el nombre del Señor Jesús que vivan conforme a lo que han aprendido de nosotros sobre la manera de comportarse para agradar a Dios. Ustedes ya viven así, sigan haciendo progresos.
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2 |
Ya conocen las instrucciones que les dimos en nombre del Señor Jesús.
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3 |
Ésta es la voluntad de Dios: que sean santos. Que se abstengan de las inmoralidades sexuales;
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que cada uno sepa usar de su cuerpo con respeto sagrado,
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5 |
sin dejarse arrastrar por los malos deseos, como hacen los paganos que no conocen a Dios.
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6 |
Que en este asunto nadie ofenda o perjudique a su hermano, porque el Señor castiga tales ofensas, como se lo hemos dicho e inculcado.
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7 |
Dios no los ha llamado a la impureza, sino a la santidad.
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8 |
Por tanto, quien desprecia estas enseñanzas, no desprecia a un hombre, sino a Dios, que además les dio su Espíritu Santo.
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9 |
Acerca del amor fraterno no hace falta escribirles porque ustedes han aprendido de Dios a amarse mutuamente,
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10 |
y lo practican con todos los hermanos de Macedonia entera. Con todo, les rogamos que sigan progresando.
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11 |
Pongan todo su empeño en mantener la calma, en atender sus asuntos y trabajar con sus propias manos, como les recomendamos.
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12 |
Así llevarán una vida digna ante los extraños y no les faltará nada.
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13 |
No quiero que sigan en la ignorancia acerca de los difuntos, para que no estén tristes como los demás que no tienen esperanza.
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14 |
Porque, si creemos que Jesús murió y resucitó, de la misma manera Dios, llevará con Jesús, a los que murieron con él.
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15 |
Esto se lo decimos apoyados en la Palabra del Señor: los que quedemos vivos hasta la venida del Señor no nos adelantaremos a los ya muertos;
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16 |
porque el Señor mismo, al sonar una orden, a la voz del arcángel y al toque de la trompeta divina, bajará del cielo; entonces resucitarán primero los que murieron en Cristo;
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17 |
después nosotros, los que quedemos vivos, seremos llevados juntamente con ellos al cielo sobre las nubes, al encuentro del Señor; y así estaremos siempre con el Señor.
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18 |
Consuélense mutuamente con estas palabras.
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