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Carta a los Gálatas
Capítulo 
1 |
Digo lo siguiente: mientras el heredero es menor de edad, aunque sea dueño de todo, no se distingue del esclavo;
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sino que está sometido a tutores y administradores hasta la fecha fijada por su padre.
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3 |
Lo mismo nosotros, mientras éramos menores de edad, éramos esclavos de los poderes que dominan este mundo.
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4 |
Pero cuando se cumplió el plazo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley,
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para que rescatase a los que estaban sometidos a la ley y nosotros recibiéramos la condición de hijos.
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6 |
Y como son hijos, Dios infundió en sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo: Abba, es decir, Padre.
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7 |
De modo que no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres heredero por voluntad de Dios.
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8 |
Antes, cuando no conocían a Dios, veneraban a los que realmente no son dioses.
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9 |
Ahora que reconocen a Dios, mejor, que Él los reconoce, ¿por qué se vuelven de nuevo a esos débiles e indigentes poderes?, ¿por qué quieren otra vez volver a venerarlos?
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10 |
¡Respetar ciertos días, meses, estaciones y años!
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11 |
Francamente me temo haber trabajado inútilmente por ustedes.
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12 |
Por favor, hermanos, pónganse en mi lugar como yo me pongo en el de ustedes: en nada me han ofendido.
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13 |
Ya saben que fue en ocasión de una enfermedad corporal cuando les anuncié por primera vez la Buena Noticia;
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14 |
y ustedes vencieron la tentación de despreciarme o evitar mi contagio, al contrario, me recibieron como a un mensajero de Dios, como a Cristo Jesús.
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15 |
¿Dónde ha quedado la alegría de entonces? Estoy seguro de que, si fuera posible, se habrían sacado los ojos para dármelos.
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16 |
Y ahora, ¿acaso me he convertido en enemigo de ustedes por decirles la verdad?
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17 |
Algunos tienen mucho interés en ustedes, pero no son buenas sus intenciones; lo que quieren es apartarlos de mí para que se interesen por ellos.
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18 |
Es grato recibir atenciones sinceras pero no sólo cuando estoy con ustedes, sino siempre.
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19 |
Hijitos míos, por quienes estoy sufriendo nuevamente los dolores del parto, hasta que Cristo sea formado en ustedes
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20 |
quisiera estar allí, ahora mismo para cambiar el tono de voz, porque ya no sé qué hacer con ustedes.
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21 |
Díganme, ustedes los que quieren someterse a la ley, ¿no entienden lo que dice la ley?
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22 |
Está escrito que Abrahán tuvo dos hijos: uno de su esclava y otro de su mujer, que era libre.
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23 |
El hijo de la esclava nació naturalmente; el de la mujer libre, nació en virtud de una promesa.
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24 |
Se trata de un simbolismo: estas dos mujeres representan las dos alianzas. La primera alianza procede del monte Sinaí y engendra esclavos: es Agar.
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25 |
Sinaí es una montaña de Arabia que corresponde a la Jerusalén actual, que vive con sus hijos en esclavitud.
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26 |
En cambio, la Jerusalén de arriba es libre y es nuestra madre.
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27 |
Está escrito: Alégrate, la estéril, que no dabas a luz, rompe a cantar de júbilo la que no tenías dolores, porque la abandonada tendrá más hijos que la casada.
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28 |
Ustedes, hermanos, lo mismo que Isaac, son hijos de la promesa.
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29 |
Y así como entonces el hijo nacido naturalmente perseguía al hijo de la promesa, así sucede hoy.
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30 |
Pero, ¿qué dice la Escritura? Expulsa a esa criada y a su hijo; el hijo de esa esclava no compartirá la herencia con el hijo de la mujer libre.
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31 |
Así que, hermanos, no somos hijos de una esclava, sino de la mujer libre.
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