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2° Carta a los Corintios
Capítulo 
1 |
Como colaboradores de Dios los exhortamos a no recibir en vano la gracia de Dios.
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2 |
Porque él nos dice en la Escritura: En el tiempo favorable te escuché, en el día de la salvación te auxilié. Miren, éste es el tiempo favorable, éste el día de salvación.
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3 |
Procuramos no dar a nadie ocasión alguna para desacreditar nuestro ministerio.
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4 |
En todo momento demostramos ser verdaderos ministros de Dios: con mucha paciencia soportamos tribulaciones, penurias, angustias,
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5 |
azotes, cárceles, motines, fatigas, noches sin dormir y ayunos.
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6 |
Nosotros obramos con integridad, inteligencia, paciencia y bondad; con docilidad al Espíritu Santo, con amor no fingido,
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7 |
en nosotros está la verdad y la fuerza de Dios. Usamos las armas de la justicia a diestra y siniestra.
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8 |
En la honra y en la deshonra, sea que gocemos de buena o de mala fama.
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9 |
Nos tratan como a mentirosos a pesar de que decimos la verdad, como a desconocidos cuando somos bien conocidos, como moribundos cuando estamos llenos de vida, como castigados pero no ejecutados,
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10 |
como tristes aunque estamos siempre alegres, como pobres aunque hemos enriquecido a muchos, como necesitados aunque lo poseemos todo.
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11 |
Para ustedes, corintios, mi boca se abre con franqueza, mi corazón está dilatado.
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12 |
Dentro de mí están todos ustedes, aunque en su corazón, no hay lugar para nosotros.
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13 |
Como a hijos les pido el pago correspondiente: también ustedes abran su corazón.
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14 |
No se unan ustedes en un mismo yugo con los que no creen. ¿Qué tienen en común justicia e injusticia?, ¿puede la luz convivir con las tinieblas?,
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15 |
¿o haber armonía entre Cristo y Beliar?, ¿qué hay en común entre el creyente y el infiel?
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16 |
¿Es compatible el santuario de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos santuario del Dios vivo. Como dijo Dios: Habitaré entre ellos y me trasladaré con ellos. Seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
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17 |
Por tanto, salgan de en medio y apártense de ellos –dice el Señor–. No toquen lo impuro, y yo los recibiré.
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18 |
Seré para ustedes un Padre y ustedes serán mis hijos e hijas –dice el Señor Todopoderoso–.
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