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Carta a los Romanos
Capítulo 
1 |
Por tanto no tienes excusa, tú que juzgas, seas quien seas; pues al juzgar al otro, tú te condenas; ya que tú haces lo mismo que condenas.
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2 |
Sabemos que la sentencia de Dios contra los que obran así es justa.
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3 |
Y tú, que juzgas a los que obran así y haces lo mismo, ¿piensas librarte del juicio de Dios?
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4 |
¿O desprecias su tesoro de bondad, su paciencia y aguante, olvidando que su bondad quiere conducirte al arrepentimiento?
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5 |
Con tu cerrazón de mente y tu corazón impenitente estás juntando castigo para el día del castigo, cuando se pronuncie la justa sentencia de Dios,
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6 |
que pagará a cada uno según sus obras:
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7 |
Él dará vida eterna a los que perseverando en las buenas obras buscan la gloria, el honor y la inmortalidad.
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8 |
En cambio castigará con la ira y la violencia a los que por egoísmo desobedecen a la verdad y obedecen a la injusticia.
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9 |
Habrá angustia y tribulación para todo el que obre mal –primero para el judío, después para el griego–.
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10 |
Habrá gloria y honor para todo el que obre bien –primero para el judío, después para el griego–.
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11 |
Porque Dios no hace diferencia entre unos y otros.
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12 |
Los que pecaron sin tener la ley, sin la ley perecerán; los que pecaron bajo la ley, según la ley serán juzgados.
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13 |
Porque Dios no perdona a los que escuchan la ley, sino a los que la cumplen.
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14 |
Cuando los paganos, que no tienen la ley, cumplen espontáneamente lo que exige la ley, no teniendo ley, ellos son su ley,
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y así demuestran que llevan la exigencia de la ley grabada en el corazón. Lo demuestra también el testimonio de su propia conciencia que unas veces los acusa y otras los disculpa
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16 |
hasta el día en que, de acuerdo con mi Buena Noticia y por medio de Cristo Jesús, Dios juzgará lo oculto del hombre.
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17 |
Pero tú, que te llamas judío, tú, que te apoyas en la ley, y te glorías de Dios,
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18 |
tú que dices conocer su voluntad, e instruido por la ley pretendes discernir lo que es mejor,
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19 |
estás convencido de ser guía de ciegos, luz de los que están a oscuras,
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20 |
maestro de necios, instructor de ignorantes, porque tienes en la ley la suma del conocimiento de la verdad.
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21 |
Tú, que enseñas a otros, ¿por qué no te enseñas a ti? Tú, que predicas que no se robe, ¿por qué robas?
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22 |
Tú, que prohíbes el adulterio, ¿por qué lo cometes? Tú, que aborreces los ídolos, ¿por qué saqueas sus templos?
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23 |
Si pones tu orgullo en la ley, ¿por qué deshonras a Dios quebrantando la ley?
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24 |
Pues está escrito: Por culpa de ustedes el nombre de Dios es blasfemado entre las naciones.
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25 |
La circuncisión es útil si cumples la ley; si la quebrantas, tu circuncisión te deja incircunciso.
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26 |
En cambio, el que no está circuncidado pero guarda los preceptos de la ley, será tenido por un verdadero circunciso.
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27 |
Uno físicamente incircunciso que cumpla la ley te juzgará a ti que, con tu código y tu circuncisión, quebrantas la ley.
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28 |
Ser judío no consiste en tener señales visibles; la circuncisión no consiste en una señal en la carne.
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29 |
El verdadero judío lo es interiormente: la verdadera circuncisión es del corazón, según el Espíritu y no según la ley escrita. A ése le corresponde la alabanza, no de los hombres, sino de Dios.
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