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Carta a los Romanos
Capítulo 
1 |
Ahora, hermanos, por la misericordia de Dios, los invito a ofrecerse como sacrificio vivo, santo, aceptable a Dios: éste es el verdadero culto.
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2 |
No se acomoden a este mundo, por el contrario transfórmense interiormente con una mentalidad nueva, para discernir la voluntad de Dios, lo que es bueno y aceptable y perfecto.
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3 |
En virtud del don que he recibido, me dirijo a cada uno de ustedes: no tengan pretensiones desmedidas, más bien, sean moderados en su propia estima, cada uno según el grado de fe que Dios le haya asignado.
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4 |
Es como en un cuerpo: tenemos muchos miembros, no todos con la misma función;
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5 |
así, aunque somos muchos, formamos con Cristo un solo cuerpo, y estamos unidos unos a otros como partes de un mismo cuerpo.
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6 |
Tenemos dones diversos según la gracia que Dios ha concedido a cada uno: por ejemplo, si hemos recibido el don de la profecía debemos ejercerlo según la medida de la fe,
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7 |
el que tenga el don del servicio, sirviendo; el de enseñar, enseñando.
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8 |
El que exhorta, exhortando; el que reparte, hágalo con generosidad; el que preside, con diligencia; el que alivia los sufrimientos, de buen humor.
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9 |
Amen con sinceridad: aborrezcan el mal y tengan pasión por el bien.
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10 |
En el amor entre hermanos demuéstrense cariño, estimando a los otros como más dignos.
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11 |
Con celo incansable y fervor de espíritu sirvan al Señor.
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12 |
Alégrense en la esperanza, sean pacientes en el sufrimiento, perseverantes en la oración;
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13 |
solidarios con los consagrados en sus necesidades, practiquen la hospitalidad.
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14 |
Bendigan a los que los persiguen, bendigan y no maldigan nunca.
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15 |
Alégrense con los que están alegres y lloren con los que lloran.
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16 |
Vivan en armonía unos con otros. No busquen grandezas, pónganse a la altura de los más humildes. No se tengan por sabios.
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17 |
A nadie devuelvan mal por mal, procuren hacer el bien delante de todos los hombres.
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18 |
En cuanto dependa de ustedes, tengan paz con todos.
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19 |
No hagan justicia por ustedes mismos, queridos hermanos, dejen que Dios sea el que castigue; porque está escrito: Mía es la venganza, yo retribuiré, dice el Señor.
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20 |
Pero, si tu enemigo tiene hambre, dale de comer, si tiene sed, dale de beber, así le sacarás los colores a la cara.
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21 |
No te dejes vencer por el mal, por el contrario vence al mal haciendo el bien.
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