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Juan
Capítulo 
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Jesús y la mujer adúltera
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1 |
Jesús se dirigió al monte de los Olivos.
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2 |
Por la mañana volvió al templo. Todo el mundo acudía a él y, sentado, los instruía.
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3 |
Los letrados y fariseos le presentaron una mujer sorprendida en adulterio, la colocaron en el centro,
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y le dijeron: —Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en adulterio.
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5 |
La ley de Moisés ordena que mujeres como ésta sean apedreadas; tú, ¿qué dices?
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6 |
–Decían esto para ponerlo a prueba, para tener de qué acusarlo–. Jesús se agachó y con el dedo se puso a escribir en el suelo.
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7 |
Como insistían en sus preguntas, se incorporó y les dijo: —El que no tenga pecado, tire la primera piedra.
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8 |
De nuevo se agachó y seguía escribiendo en el suelo.
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9 |
Los oyentes se fueron retirando uno a uno, empezando por los más ancianos hasta el último. Jesús quedó solo con la mujer, que permanecía allí en el centro.
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10 |
Jesús se incorporó y le dijo: —Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?
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11 |
Ella contestó: —Nadie, señor. Jesús le dijo: —Tampoco yo te condeno. Ve y en adelante no peques más.
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12 |
De nuevo les habló Jesús: —Yo soy la luz del mundo, quien me siga no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
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13 |
Le dijeron los fariseos: —Tú das testimonio a tu favor: tu testimonio no es válido.
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14 |
Jesús les contestó: —Aunque doy testimonio a mi favor, mi testimonio es válido, porque sé de dónde vengo y adónde voy; en cambio ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde voy.
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15 |
Ustedes juzgan con criterios humanos, yo no juzgo a nadie.
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16 |
Y si juzgase, mi juicio sería válido, porque no juzgo yo solo, sino con el Padre que me envió.
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17 |
Y en la ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos personas es válido.
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18 |
Yo soy testigo en mi causa y es testigo también el Padre que me envió.
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19 |
Le preguntaron: —¿Dónde está tu padre? Jesús contestó: —Ustedes no me conocen ni a mí ni a mi Padre. Si me conocieran a mí, conocerían a mi Padre.
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20 |
Estas palabras las pronunció junto al lugar del tesoro, cuando enseñaba en el templo. Nadie lo detuvo, porque no había llegado su hora.
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21 |
En otra ocasión les dijo: —Yo me voy, ustedes me buscarán y morirán en su pecado. A donde yo voy ustedes no pueden venir.
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22 |
Comentaron los judíos: —¿Será que se piensa matar y por eso dice que no podemos ir a donde él va?
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23 |
Les dijo: —Ustedes son de aquí abajo, yo soy de lo alto; ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo.
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24 |
Yo les dije que morirían por sus pecados. Si no creen que Yo soy, morirán por sus pecados.
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25 |
Le preguntaron: —¿Tú quién eres? Jesús les contestó: —Esto es lo que les estoy diciendo desde el principio.
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26 |
Tengo mucho que decir y juzgar de ustedes. Pero el que me envió dice la verdad, y lo que escuché de él es lo que digo al mundo
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27 |
–no comprendieron que se refería al Padre–.
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28 |
Jesús añadió: —Cuando hayan levantado al Hijo del Hombre, comprenderán que Yo soy y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como mi Padre me enseñó.
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29 |
El que me envió está conmigo y no me deja solo, porque yo hago siempre lo que le agrada.
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30 |
Por estas palabras muchos creyeron en él.
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31 |
A los judíos que habían creído en él, Jesús les dijo: —Si se mantienen fieles a mi palabra, serán realmente discípulos míos,
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32 |
conocerán la verdad y la verdad los hará libres.
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33 |
Le contestaron: —Somos descendientes de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Por qué dices que seremos libres?
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34 |
Jesús les contestó: —Les aseguro que quien peca es esclavo;
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y el esclavo no permanece siempre en la casa, mientras que el hijo permanece siempre.
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36 |
Por tanto, si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres.
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37 |
Yo sé que ustedes son descendientes de Abrahán; pero tratan de matarme porque no aceptan mi palabra.
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38 |
Yo digo lo que he visto junto a mi Padre; ustedes hacen lo que han oído a su padre.
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Los verdaderos hijos de Dios
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39 |
Le contestaron: —Nuestro padre es Abrahán. Replicó Jesús: —Si fueran hijos de Abrahán, harían las obras de Abrahán.
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40 |
Pero ahora intentan matarme a mí, al hombre que les dice la verdad que ha oído de Dios. Eso no lo hacía Abrahán.
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41 |
Pero ustedes obran como su padre. Entonces le responden: —Nosotros no somos hijos bastardos; tenemos un solo padre, que es Dios.
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42 |
Jesús les replicó: —Si Dios fuera su padre, ustedes me amarían, porque yo vine de parte de Dios y aquí estoy. No vine por mi cuenta, sino que él me envió.
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43 |
¿Por qué no entienden mi lenguaje? Porque no son capaces de escuchar mi palabra.
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44 |
El padre de ustedes es el Diablo y ustedes quieren cumplir los deseos de su padre. Él era homicida desde el principio; no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando dice mentiras, habla su lenguaje, porque es mentiroso y padre de la mentira.
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45 |
Pero a mí no me creen, porque les digo la verdad.
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46 |
¿Quién de ustedes probará que tengo pecado? Si les digo la verdad, ¿por qué no me creen?
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47 |
El que viene de Dios escucha las palabras de Dios. Por eso ustedes no escuchan, porque no son de Dios.
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48 |
Le contestaron los judíos: —¿No tenemos razón al decir que eres samaritano y estás endemoniado?
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49 |
Jesús contestó: —No estoy endemoniado, sino que honro a mi Padre y ustedes me deshonran a mí.
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51 |
Les aseguro que quien cumpla mi palabra no sufrirá jamás la muerte.
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52 |
Entonces le dijeron los judíos: —Ahora sí estamos seguros de que estás endemoniado. Abrahán murió, lo mismo los profetas, y tú dices que quien cumpla tu palabra no sufrirá jamás la muerte.
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54 |
Contestó Jesús: —Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada; es mi Padre quien me glorifica, el mismo que ustedes llaman nuestro Dios,
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55 |
aunque no lo conocen. Yo en cambio lo conozco. Si dijera que no lo conozco, sería mentiroso como ustedes. Pero lo conozco y cumplo su palabra.
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56 |
Abrahán, el padre de ustedes disfrutaba esperando ver mi día: lo vio y se llenó de alegría.
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57 |
Le replicaron los judíos: —No has cumplido cincuenta años, ¿y has conocido a Abrahán?
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58 |
Jesús les dijo: —Les aseguro, antes de que existiera Abrahán, existo yo.
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59 |
Recogieron piedras para apedrearlo; pero Jesús se escondió y salió del templo.
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