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Juan
Capítulo 
1 |
Entonces Pilato se hizo cargo de Jesús y lo mandó azotar.
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2 |
Los soldados entrelazaron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza; lo revistieron con un manto rojo,
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3 |
y acercándose a él le decían: —¡Salud, rey de los judíos! Y le pegaban en la cara.
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4 |
Salió otra vez Pilato afuera y les dijo: —Miren, lo saco afuera para que sepan que no encuentro en él culpa alguna.
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5 |
Salió Jesús afuera, con la corona de espinas y el manto rojo. Pilato les dice: —Aquí tienen al hombre.
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6 |
Cuando los sumos sacerdotes y los policías del templo lo vieron, gritaron: —¡Crucifícalo, crucifícalo! Les dice Pilato: —Tómenlo ustedes y crucifíquenlo, que yo no encuentro en él ningún motivo de condena.
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7 |
Le replicaron los judíos: —Nosotros tenemos una ley, y según esa ley debe morir, porque se ha hecho pasar por hijo de Dios.
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8 |
Cuando Pilato oyó aquellas palabras, se asustó mucho.
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9 |
Entró en el cuartel y dice de nuevo a Jesús: —¿De dónde eres? Jesús no le dio respuesta.
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10 |
Le dice Pilato: —¿No quieres hablarme? ¿No sabes que tengo poder para soltarte y poder para crucificarte?
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11 |
Le contestó Jesús: —No tendrías poder contra mí si no te lo hubiera dado el cielo. Por eso el que me entrega es más culpable.
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12 |
A partir de entonces, Pilato procuraba soltarlo, mientras los judíos gritaban: —Si sueltas a ése, no eres amigo del césar. El que se hace rey va contra el césar.
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13 |
Al oír aquello, Pilato sacó afuera a Jesús y lo sentó en el tribunal, en el lugar llamado Enlosado, en hebreo Gábbata.
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14 |
Era la víspera de Pascua, al mediodía. Dice a los judíos: —Ahí tienen a su rey.
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15 |
Ellos gritaron: —¡Afuera, afuera, crucifícalo! Les dice Pilato: —¿Voy a crucificar a su rey? Los sumos sacerdotes contestaron: —No tenemos más rey que el césar.
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Crucifixión y muerte de Jesús
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(cfr. Mt 27,32-56; Mc 15,21-41; Lc 23,26-49)
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16 |
Entonces se lo entregó para que fuera crucificado. Se lo llevaron;
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17 |
y Jesús salió cargando él mismo con la cruz, hacia un lugar llamado La Calavera, en hebreo Gólgota.
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Allí lo crucificaron con otros dos: uno a cada lado y en medio Jesús.
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19 |
Pilato había hecho escribir un letrero y clavarlo en la cruz. El escrito decía: Jesús el Nazareno, rey de los Judíos.
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20 |
Muchos judíos leyeron el letrero, porque el lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad. Además, el letrero estaba escrito en hebreo, latín y griego.
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21 |
Los sumos sacerdotes dijeron a Pilato: —No escribas: Rey de los judíos, sino: Éste ha dicho: Soy rey de los judíos.
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22 |
Pilato contestó: —Lo escrito, escrito está.
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23 |
Después que los soldados crucificaron a Jesús, tomaron su ropa y la dividieron en cuatro partes, una para cada soldado; tomaron también la túnica. Era una túnica sin costuras, tejida de arriba abajo, de una pieza.
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24 |
Así que se dijeron: —No la rasguemos; vamos a sortearla, para ver a quien le toca. Así se cumplió lo escrito: Se repartieron mi ropa y se sortearon mi túnica. Es lo que hicieron los soldados.
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25 |
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María de Cleofás y María Magdalena.
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26 |
Jesús, viendo a su madre y al lado al discípulo amado, dice a su madre: —Mujer, ahí tienes a tu hijo.
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27 |
Después dice al discípulo: —Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel momento el discípulo se la llevó a su casa.
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28 |
Después, sabiendo que todo había terminado, para que se cumpliese la Escritura, Jesús dijo: —Tengo sed.
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29 |
Había allí un jarro lleno de vinagre. Empaparon una esponja en vinagre, la sujetaron a una caña y se la acercaron a la boca.
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30 |
Jesús tomó el vinagre y dijo: —Todo se ha cumplido. Dobló la cabeza y entregó el espíritu.
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31 |
Era la víspera del sábado, el más solemne de todos; los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos para que no quedaran en la cruz durante el sábado.
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32 |
Fueron los soldados y quebraron las piernas a los dos crucificados con él.
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33 |
Al llegar a Jesús, viendo que estaba muerto, no le quebraron las piernas;
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sino que un soldado le abrió el costado con una lanza. Enseguida brotó sangre y agua.
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35 |
El que lo vio lo atestigua y su testimonio es verdadero; él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean.
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36 |
Esto sucedió de modo que se cumpliera la Escritura que dice: No le quebrarán ni un hueso;
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37 |
y otro pasaje de la Escritura dice: Mirarán al que ellos mismos atravesaron.
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(cfr. Mt 27,57-61; Mc 15,42-47; Lc 23,50-56)
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38 |
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo clandestino de Jesús, por miedo a los judíos, pidió permiso a Pilato para llevarse el cadáver de Jesús. Pilato se lo concedió. Él fue y se llevó el cadáver.
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39 |
Fue también Nicodemo, el que lo había visitado en una ocasión de noche, llevando cien libras de una mezcla de mirra y áloe.
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40 |
Tomaron el cadáver de Jesús y lo envolvieron en lienzos con los perfumes, según la costumbre de sepultar que tienen los judíos.
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41 |
En el lugar donde había sido crucificado había un huerto y en él un sepulcro nuevo, en el que nadie había sido sepultado.
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42 |
Como era la víspera de la fiesta judía y como el sepulcro estaba cerca, colocaron allí a Jesús.
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