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Juan
Capítulo 
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Oración sacerdotal de Jesús
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1 |
Así habló Jesús. Después, levantando la vista al cielo, dijo: —Padre, ha llegado la hora: da gloria a tu Hijo para que tu Hijo te dé gloria;
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2 |
ya que le has dado autoridad sobre todos los hombres para que dé vida eterna a cuantos le has confiado.
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3 |
En esto consiste la vida eterna: en conocerte a ti, el único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesús el Mesías.
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4 |
Yo te he dado gloria en la tierra cumpliendo la tarea que me encargaste hacer.
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5 |
Ahora tú, Padre, dame gloria junto a ti, la gloria que tenía junto a ti, antes de que hubiera mundo.
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6 |
He manifestado tu nombre a los hombres que separaste del mundo para confiármelos: eran tuyos y me los confiaste y han cumplido tus palabras.
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7 |
Ahora comprenden que todo lo que me confiaste procede de ti.
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8 |
Las palabras que tú me comunicaste yo se las comuniqué; ellos las recibieron y comprendieron realmente que vine de tu parte, y han creído que tú me enviaste.
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9 |
Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me has confiado, pues son tuyos.
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10 |
Todo lo mío es tuyo y lo tuyo es mío: en ellos se revela mi gloria.
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11 |
Ya no estoy en el mundo, mientras que ellos están en el mundo; yo voy hacia ti, Padre Santo, cuida en tu nombre, a los que me diste, para que sean uno como nosotros.
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12 |
Mientras estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste; los custodié, y no se perdió ninguno de ellos; excepto el destinado a la perdición, para cumplimiento de la Escritura.
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13 |
Ahora voy hacia ti; y les digo esto mientras estoy en el mundo para que mi gozo sea el de ellos y su gozo sea perfecto.
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14 |
Yo les comuniqué tu palabra, y el mundo los odió, porque no son del mundo, igual que yo no soy del mundo.
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15 |
No pido que los saques del mundo, sino que los libres del Maligno.
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16 |
No son del mundo, igual que yo no soy del mundo.
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17 |
Conságralos con la verdad: tu palabra es verdad.
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18 |
Como tú me enviaste al mundo, yo los envié al mundo.
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19 |
Por ellos me consagro, para que queden consagrados con la verdad.
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20 |
No sólo ruego por ellos, sino también por los que han de creer en mí por medio de sus palabras.
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21 |
Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti; que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.
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22 |
Yo les di la gloria que tú me diste para que sean uno como lo somos nosotros.
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23 |
Yo en ellos y tú en mí, para que sean plenamente uno; para que el mundo conozca que tú me enviaste y los amaste como me amaste a mí.
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24 |
Padre, quiero que los que me confiaste estén conmigo, donde yo estoy; para que contemplen mi gloria, la que me diste porque me amaste antes de la creación del mundo.
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25 |
Padre justo, el mundo no te ha conocido; yo te he conocido y éstos han conocido que tú me enviaste.
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26 |
Les di a conocer tu nombre y se lo daré a conocer, para que el amor con que tú me amaste esté en ellos, y yo en ellos.
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