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Lucas
Capítulo 
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Parábola del administrador astuto
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1 |
A los discípulos les decía: —Un hombre rico tenía un administrador. Le llegaron quejas de que estaba derrochando sus bienes.
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2 |
Lo llamó y le dijo: —¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuentas de tu administración, porque ya no podrás seguir en tu puesto.
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3 |
El administrador pensó: ¿Qué voy a hacer ahora que el dueño me quita mi puesto? Para cavar no tengo fuerzas, pedir limosna me da vergüenza.
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4 |
Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me despidan, alguno me reciba en su casa.
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5 |
Fue llamando uno por uno a los deudores de su señor y dijo al primero: —¿Cuánto debes a mi señor?
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6 |
Contestó: —Cien barriles de aceite. Le dijo: —Toma el recibo, siéntate enseguida y escribe cincuenta.
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7 |
Al segundo le dijo: —Y tú, ¿cuánto debes? Contestó: —Cuarenta toneladas de trigo. Le dice: —Toma tu recibo y escribe treinta.
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8 |
El dueño alabó al administrador deshonesto por la astucia con que había actuado. Porque los hijos de este mundo son más astutos con sus semejantes que los hijos de la luz.
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9 |
Y yo les digo que con el dinero sucio se ganen amigos, de modo que, cuando se acabe, ellos los reciban en la morada eterna.
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10 |
El que es fiel en lo poco, es fiel en lo mucho; el que es deshonesto en lo poco, es deshonesto en lo mucho.
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11 |
Si con el dinero sucio no han sido de confianza, ¿quién les confiará el legítimo?
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12 |
Si con lo ajeno no han sido de confianza, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes?
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13 |
Un empleado no puede estar al servicio de dos señores: porque odiará a uno y amará al otro o apreciará a uno y despreciará al otro. No pueden estar al servicio de Dios y del dinero.
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La Ley y la Buena Noticia
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14 |
Los fariseos, que eran muy amigos del dinero, oían todo esto y se burlaban de él.
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15 |
Él les dijo: —Ustedes pasan por justos ante los hombres, pero Dios los conoce por dentro. Porque lo que los hombres tienen por grande Dios lo aborrece.
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16 |
La ley y los profetas duraron hasta Juan. A partir de entonces se anuncia la Buena Noticia del reino de Dios y todos tienen que esforzarse para entrar en él.
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17 |
Es más fácil que el cielo y tierra dejen de existir que deje de cumplirse una sola letra de la ley.
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18 |
Quien se divorcia de su mujer y se casa con otra comete adulterio; quien se casa con una mujer divorciada comete adulterio.
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19 |
Había un hombre rico, que vestía de púrpura y lino y todos los días hacía espléndidos banquetes.
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20 |
Echado a la puerta del rico había un pobre cubierto de llagas llamado Lázaro,
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21 |
que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamerle sus heridas.
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22 |
Murió el pobre y los ángeles lo llevaron junto a Abrahán. Murió también el rico y lo sepultaron.
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23 |
Estando en el lugar de los muertos, en medio de tormentos, alzó la vista y divisó a Abrahán y a Lázaro a su lado.
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24 |
Lo llamó y le dijo: —Padre Abrahán, ten piedad de mí y envía a Lázaro, para que moje la punta del dedo en agua y me refresque la lengua; pues me torturan estas llamas.
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25 |
Respondió Abrahán: —Hijo, recuerda que en vida recibiste bienes y Lázaro por su parte desgracias. Ahora él es consolado y tú atormentado.
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26 |
Además, entre ustedes y nosotros se abre un inmenso abismo; de modo que, aunque se quiera, no se puede atravesar desde aquí hasta ustedes ni pasar desde allí hasta nosotros.
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27 |
Insistió el rico: —Entonces, por favor, envíalo a casa de mi padre,
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28 |
donde tengo cinco hermanos; que les advierta no sea que también ellos vengan a parar a este lugar de tormentos.
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29 |
Le dice Abrahán: —Tienen a Moisés y los profetas: que los escuchen.
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30 |
Respondió: —No, padre Abrahán; si un muerto los visita, se arrepentirán.
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31 |
Le dijo: —Si no escuchan a Moisés ni a los profetas, aunque un muerto resucite, no le harán caso.
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