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Lucas
Capítulo 
1 |
Entre tanto, miles de personas se agolpaban pisándose unos a otros. Él se dirigió primero a los discípulos: —Cuídense de la levadura –o sea, de la hipocresía– de los fariseos.
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2 |
Nada hay encubierto que no se descubra, nada oculto que no se divulgue.
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3 |
Porque lo que digan de noche se escuchará en pleno día; lo que digan al oído en el sótano se proclamará desde las azoteas.
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4 |
A ustedes mis amigos les digo que no teman a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer nada más.
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5 |
Yo les indicaré a quién deben temer: teman al que después de matar tiene poder para arrojar al infierno. Sí, les repito, teman a ése.
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6 |
¿No se venden cinco gorriones por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos.
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7 |
En cuanto a ustedes hasta los pelos de su cabeza están todos contados. No tengan miedo, que ustedes valen más que muchos gorriones.
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8 |
Les aseguro que a quien me reconozca abiertamente ante los hombres, el Hijo del Hombre lo reconocerá ante los ángeles de Dios.
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9 |
Pero a quien me niegue ante los hombres, lo negará ante los ángeles de Dios.
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10 |
Al que diga una palabra contra el Hijo del Hombre se le perdonará; al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará.
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11 |
Cuando los conduzcan a las sinagogas, ante los jefes o autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir;
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12 |
el Espíritu Santo les enseñará en aquel momento lo que hay que decir.
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13 |
Uno de la gente dijo: —Maestro, dile a mi hermano que reparta la herencia conmigo.
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14 |
Jesús le respondió: —Amigo, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre ustedes?
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15 |
Y les dijo: —¡Estén atentos y cuídense de cualquier codicia, que, por más rico que uno sea, la vida no depende de los bienes!
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16 |
Y les propuso una parábola: —Las tierras de un hombre dieron una gran cosecha.
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17 |
Él se dijo: ¿qué haré, si no tengo dónde guardar toda la cosecha?
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18 |
Y dijo: Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros mayores en los cuales meteré mi trigo y mis bienes.
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19 |
Después me diré: Querido amigo, tienes acumulados muchos bienes para muchos años; descansa, come, bebe y disfruta.
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20 |
Pero Dios le dijo: ¡Necio, esta noche te reclamarán la vida! Lo que has preparado, ¿para quién será?
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21 |
Así le pasa al que acumula tesoros para sí y no es rico a los ojos de Dios.
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22 |
A sus discípulos les dijo: —Por eso les digo que no anden angustiados por la comida para conservar la vida o por la ropa para cubrir el cuerpo.
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23 |
La vida vale más que la comida y el cuerpo más que la ropa.
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24 |
Miren a los cuervos: no siembran ni cosechan, no tienen graneros ni despensas, y Dios los alimenta. Cuánto más valen ustedes que las aves.
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25 |
¿Quién de ustedes puede, por mucho que se inquiete, prolongar su vida un poco?
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26 |
Si no tienen poder en lo más pequeño, ¿por qué se preocupan de lo demás?
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27 |
Miren cómo crecen los lirios, sin trabajar ni hilar. Les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos.
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28 |
Pues si a la hierba del campo, que hoy crece y mañana la echan al horno, Dios la viste así, ¡cuánto más a ustedes, hombres de poca fe!
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29 |
No anden buscando qué comer o qué beber; no se angustien.
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30 |
Todo eso son cosas que busca la gente del mundo. En cuanto a ustedes el Padre sabe que las necesitan.
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31 |
Basta que busquen su reino y lo demás lo recibirán por añadidura.
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32 |
No temas, pequeño rebaño, que el Padre de ustedes ha decidido darles el reino.
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33 |
Vendan sus bienes y den limosna. Consigan bolsas que no se rompan, un tesoro inagotable en el cielo, donde los ladrones no llegan ni los roe la polilla.
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34 |
Porque donde está el tesoro de ustedes, allí también estará su corazón.
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35 |
Tengan la ropa puesta y las lámparas encendidas.
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36 |
Sean como aquellos que esperan que el amo vuelva de una boda, para abrirle en cuanto llegue y llame.
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37 |
Dichosos los sirvientes a quienes el amo, al llegar, los encuentre despiertos: les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentarse a la mesa y les irá sirviendo.
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38 |
Y si llega a medianoche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.
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39 |
Entiendan bien esto, si el dueño de casa supiera a qué hora iba a llegar el ladrón, no le dejaría abrir un boquete en su casa.
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40 |
Ustedes también estén preparados, porque cuando menos lo piensen llegará el Hijo del Hombre.
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(Mt 24,45-51; cfr. Mc 13,33-37)
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41 |
Pedro le preguntó: —Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?
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42 |
El Señor contestó: —¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su personal, para que les reparta las raciones de comida a su tiempo?
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43 |
Dichoso aquel sirviente a quien su señor, al llegar, lo encuentre actuando así.
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44 |
Les aseguro que le encomendará administrar todos sus bienes.
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45 |
Pero si aquel sirviente, pensando que su señor tarda en llegar, se pone a pegar a los muchachos y muchachas, a comer y beber y emborracharse,
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46 |
llegará el señor de aquel sirviente el día y la hora menos esperados, lo castigará y lo tratará como a los traidores.
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47 |
Aquel sirviente que, conociendo la voluntad de su señor, no prepara las cosas ni cumple lo mandado, recibirá un castigo severo;
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48 |
pero aquel que sin saberlo, cometa acciones dignas de castigo, será castigado con menos severidad. A quien mucho se le dio mucho se le pedirá; a quien mucho se le confió mucho más se le exigirá.
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Radicalidad del seguimiento
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49 |
Vine a traer fuego a la tierra, y, ¡cómo desearía que ya estuviera ardiendo!
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50 |
Tengo que pasar por un bautismo, y, ¡qué angustia siento hasta que esto se haya cumplido!
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51 |
¿Piensan que vine a traer paz a la tierra? No he venido a traer la paz sino la división.
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52 |
En adelante en una familia de cinco habrá división: tres contra dos, dos contra tres.
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53 |
Se opondrán padre a hijo e hijo a padre, madre a hija e hija a madre, suegra a nuera y nuera a suegra.
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54 |
A la multitud le dijo: —Cuando ven levantarse una nube en oriente, enseguida dicen que lloverá, y así sucede.
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55 |
Cuando sopla el viento sur, dicen que hará calor, y así sucede.
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56 |
¡Hipócritas! Saben interpretar el aspecto de la tierra y el cielo, ¿cómo pues no saben interpretar el momento presente?
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57 |
¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo?
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58 |
Cuando acudas con tu rival al juez, procura lograr un arreglo con él mientras vas de camino; no sea que te arrastre hasta el juez, el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en la cárcel.
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59 |
Te digo que no saldrás de allí hasta haber pagado el último centavo.
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