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Marcos
Capítulo 
1 |
En aquellos días se reunió otra vez mucha gente y no tenían qué comer. Llamó a los discípulos y les dijo:
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2 |
—Me compadezco de esta gente, ya llevan tres días junto a mí y no tienen qué comer.
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3 |
Si los despido a casa en ayunas, desfallecerán por el camino; y algunos han venido de lejos.
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4 |
Le contestaron los discípulos: —¿De dónde sacaríamos panes para alimentarlos aquí, en despoblado?
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5 |
Les preguntó: —¿Cuántos panes tienen? Respondieron: —Siete.
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6 |
Ordenó a la gente que se recostara en el suelo. Tomó los siete panes, dio gracias, los partió y se los dio a sus discípulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente.
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7 |
Tenían también unos pocos pescaditos. Los bendijo y mandó que los sirvieran.
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8 |
Comieron hasta quedar satisfechos, y recogieron las sobras en siete canastas.
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9 |
Eran unos cuatro mil. Los despidió
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10 |
y enseguida embarcó con los discípulos y se dirigió al territorio de Dalmanuta.
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Le piden una señal celeste
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11 |
Salieron los fariseos y se pusieron a discutir con él, pidiéndole, para ponerlo a prueba, una señal del cielo.
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12 |
Él suspiró profundamente y dijo: —¿Para qué pide una señal esta generación? Les aseguro que a esta generación no se le dará ninguna señal.
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13 |
Dejándolos, se embarcó de nuevo y pasó a la otra orilla.
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Ceguera de los discípulos
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14 |
Los discípulos se habían olvidado de llevar pan y no tenían en la barca más que uno.
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15 |
Él les daba esta recomendación: —¡Estén atentos! Cuídense de la levadura de los fariseos y de la de Herodes.
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16 |
Ellos discutían porque no tenían pan.
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17 |
Dándose cuenta, Jesús les dijo: —¿Por qué discuten que no tienen pan? ¿Todavía no entienden ni comprenden? ¿Tienen acaso la mente cerrada?
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18 |
Tienen ojos, ¿y no ven?; tienen oídos, ¿y no oyen? ¿No se acuerdan?
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19 |
Cuando repartí los cinco panes entre los cinco mil, ¿cuántas canastas llenas de sobras recogieron? Le contestaron: —Doce.
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20 |
—Y cuando repartí los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántos canastos de sobras recogieron? Le respondieron: —Siete.
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21 |
Entonces les dijo: —¿Todavía no comprenden?
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22 |
Cuando llegaron a Betsaida, le llevaron un ciego y le pidieron que lo tocase.
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23 |
Tomando al ciego de la mano, lo sacó a las afueras del pueblo, luego de ponerle saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: —¿Ves algo?
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24 |
Y mientras recobraba la vista dijo: —Veo hombres; los veo como árboles, pero caminando.
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25 |
De nuevo le impuso las manos a los ojos. El ciego afinó la mirada, fue sanado y distinguía todo con claridad.
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26 |
Jesús lo envió a casa y le dijo: —¡Ni se te ocurra entrar en el pueblo!
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(Mt 16,13-20; Lc 9,18-21; cfr. Jn 6,67-71)
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27 |
Jesús emprendió el viaje con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Felipe. Por el camino preguntó a los discípulos: —¿Quién dice la gente que soy yo?
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28 |
Le respondieron: —Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que uno de los profetas.
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29 |
Él les preguntó a ellos: —Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Respondió Pedro: —Tú eres el Mesías.
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30 |
Entonces les ordenó que a nadie hablaran de esto.
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Primer anuncio de la pasión y resurrección
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31 |
Y empezó a explicarles que el Hijo del
Hombre tenía que padecer mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los letrados, sufrir la muerte y después de tres días resucitar.
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32 |
Les hablaba con franqueza. Pero Pedro se lo llevó aparte y se puso a reprenderlo.
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33 |
Mas él se volvió y, viendo a los discípulos, reprendió a Pedro: —¡Aléjate de mi vista, Satanás! Tus pensamientos son los de los hombres, no los de Dios.
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Condiciones para ser discípulo
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(Mt 16,24-28; Lc 9,23-27)
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34 |
Y llamando a la gente con los discípulos, les dijo: —El que quiera seguirme, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz y me siga.
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35 |
El que quiera salvar su vida, la perderá; quien la pierda por mí y por la Buena Noticia, la salvará.
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36 |
¿De qué le vale al hombre ganar todo el mundo si pierde su vida?,
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37 |
¿qué precio pagará el hombre por ella?
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38 |
Si uno se avergüenza de mí y de mis palabras ante esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre y acompañado de sus santos ángeles.
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