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Marcos
Capítulo 
1 |
Entró de nuevo en la sinagoga, estaba allí un hombre que tenía la mano paralizada.
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2 |
Algunos lo vigilaban para ver si lo sanaba en sábado, y así acusarlo.
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3 |
Dijo Jesús al hombre de la mano paralizada: —Levántate y ponte en medio.
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4 |
Y les preguntó a ellos: —¿Qué está permitido en sábado? ¿Hacer el bien o el mal? ¿Salvar la vida o dar muerte? Ellos callaban.
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5 |
Entonces los miró indignado, aunque entristecido por la dureza de sus corazones y dijo al hombre: —Extiende la mano. El hombre la extendió y su mano quedó sanada.
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6 |
Los fariseos salieron inmediatamente y deliberaron con los herodianos cómo acabar con él.
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Una gran multitud se le acerca
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7 |
Jesús se retiró con sus discípulos junto al lago. Le seguía una gran multitud desde Galilea, Judea,
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8 |
Jerusalén, Idumea, Transjordania y del territorio de Tiro y Sidón. Una gran multitud que al oír lo que hacía, acudía a él.
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9 |
Entonces dijo a sus discípulos que le tuvieran preparada una barca, para que el gentío no lo apretujara.
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10 |
Ya que, como sanaba a muchos, los que sufrían achaques se le tiraban encima para tocarlo.
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11 |
Los espíritus inmundos al verlo caían a sus pies gritando: ¡Tú eres el Hijo de Dios!
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12 |
Pero él los reprendía severamente para que no lo descubrieran.
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13 |
Subió a la montaña, fue llamando a los que él quiso y se fueron con él.
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14 |
Nombró a doce, a quienes llamó apóstoles, para que convivieran con él y para enviarlos a predicar
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15 |
con poder para expulsar demonios.
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16 |
Nombró, pues, a los Doce. A Simón lo llamó Pedro;
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17 |
a Santiago de Zebedeo y a su hermano Juan, a quienes llamó Boanerges, que significa: Hijos del trueno;
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18 |
a Andrés y Felipe; a Bartolomé y Mateo; a Tomás, Santiago de Alfeo y Tadeo; a Simón el cananeo
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19 |
y a Judas Iscariote, el que incluso le traicionó.
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20 |
Entró en casa, y se reunió tal gentío que no podían ni comer.
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21 |
Sus familiares, que lo oyeron, salieron a sujetarlo, pues decían que estaba fuera de sí.
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(Mt 12,22-29; Lc 11,14-22)
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22 |
Los letrados que habían bajado de Jerusalén decían: —Lleva dentro a Belcebú y expulsa los demonios con el poder del jefe de los demonios.
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23 |
Él los llamó y por medio de comparaciones les explicó: —¿Cómo puede Satanás expulsarse a sí mismo?
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24 |
Un reino dividido internamente no puede sostenerse.
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25 |
Una casa dividida internamente tampoco.
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26 |
Si Satanás se levanta contra sí mismo y se divide, no puede mantenerse en pie, antes perece.
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27 |
Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y llevarse sus cosas si primero no lo ata. Sólo así, podrá saquear, luego, la casa.
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28 |
Les aseguro que a los hombres se les pueden perdonar todos los pecados y las blasfemias que pronuncien.
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29 |
Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo jamás tendrá perdón; será culpable para siempre.
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30 |
Jesús dijo esto porque ellos decían que tenía dentro un espíritu inmundo.
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La madre y los hermanos de Jesús
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(Mt 12,46-50; Lc 8,19-21)
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31 |
Llegaron su madre y sus hermanos, se detuvieron fuera y lo mandaron llamar.
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32 |
La gente estaba sentada en torno a él y le dijeron: —Mira, tu madre y tus hermanos y hermanas están fuera y te buscan.
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33 |
Él les respondió: —¿Quién es mi madre y mis hermanos?
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34 |
Y mirando a los que estaban sentados en círculo alrededor de él, dijo: —Miren, éstos son mi madre y mis hermanos.
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35 |
Porque el que haga la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.
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