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Marcos
Capítulo 
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(Mt 9,1-8; Lc 5,17-26; cfr. Jn 5,1-18)
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1 |
Después de unos días volvió a Cafarnaún y la gente se enteró de que estaba en casa.
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2 |
Se reunieron tantos, que no quedaba sitio ni siquiera junto a la puerta. Y él les anunciaba la Palabra.
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3 |
Entonces, llegaron unos trayendo a un paralítico entre cuatro;
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4 |
y, como no lograban acercárselo por el gentío, levantaron el techo encima de donde estaba Jesús, y por el boquete que hicieron descolgaron la camilla en que yacía el paralítico.
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5 |
Viendo Jesús la fe que tenían, dijo al paralítico: —Hijo, tus pecados te son perdonados.
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6 |
Estaban allí sentados unos letrados que discurrían en su interior:
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7 |
¿Cómo puede éste hablar así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?
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8 |
Pero, de inmediato, Jesús supo lo que pensaban, y les dijo: —¿Por qué piensan así en su interior?
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9 |
¿Qué es más fácil? ¿Decir al paralítico que se le perdonan sus pecados o decirle que cargue con su camilla y camine?
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10 |
Pero para que sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados –dijo al paralítico–:
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11 |
Yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
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12 |
Se levantó de inmediato, tomó su camilla y salió delante de todos. De modo que todos se asombraron y glorificaban a Dios diciendo: —Nunca vimos cosa semejante.
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Llama a Leví: comparte la mesa con pecadores
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13 |
Salió de nuevo a la orilla del lago. Toda la gente acudía a él y él les enseñaba.
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14 |
Al pasar vio a Leví de Alfeo, sentado junto a la mesa de recaudación de los impuestos, y le dijo: —Sígueme. Él se levantó y le siguió.
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15 |
Mientras estaba comiendo en su casa, muchos recaudadores de impuestos y pecadores estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos, pues muchos eran ya sus seguidores.
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16 |
Los letrados del partido fariseo, viéndolo comer con aquéllos, dijeron a los discípulos: —¿Por qué come con recaudadores de impuestos y pecadores?
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17 |
Lo escuchó Jesús y respondió: —No tienen necesidad del médico los sanos, sino los enfermos. No vine a llamar a justos, sino a pecadores.
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(Mt 9,14-17; Lc 5,33-39; cfr. Is 58,1-12)
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18 |
Un día que los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno fueron a decirle a Jesús: —¿Por qué los discípulos de Juan y de los fariseos ayunan y tus discípulos no ayunan?
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19 |
Jesús les respondió: —¿Pueden los invitados a la boda ayunar mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos no pueden ayunar.
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20 |
Llegará un día en que el novio les será quitado, y aquel día ayunarán.
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21 |
Nadie usa un trozo de tela nueva para remendar un vestido viejo; porque lo nuevo añadido tira del vestido viejo, y la rotura se hace más grande.
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22 |
Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino revienta los odres y se echan a perder odres y vino. A vino nuevo, odres nuevos.
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23 |
Un sábado mientras atravesaba unos campos de trigo, sus discípulos se pusieron a arrancar espigas.
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24 |
Los fariseos le dijeron: —Mira lo que hacen en sábado: ¡Algo prohibido!
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25 |
Les respondió: —¿No han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros pasaban necesidad y estaban hambrientos?
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26 |
Entró en la casa de Dios, siendo sumo sacerdote Abiatar, y comió los panes consagrados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y los compartió con sus compañeros.
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27 |
Y añadió: —El sábado se hizo para el hombre, no el hombre para el sábado.
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28 |
De manera que el Hijo del Hombre es Señor también del sábado.
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