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Marcos
Capítulo 
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(Mt 27,1s; Lc 23,1; cfr. Jn 18,28-32)
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1 |
Ni bien amaneció, el Consejo en pleno, sumos sacerdotes, ancianos y letrados se pusieron a deliberar. Ataron a Jesús, lo condujeron y se lo entregaron a Pilato.
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(Mt 27,11-14; Lc 23,3s; cfr. Jn 18,33-38)
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2 |
Pilato lo interrogó: —¿Eres tú el rey de los judíos? Contestó: —Tú lo dices.
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3 |
Los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas.
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4 |
Pilato lo interrogó de nuevo: —¿No respondes nada? Mira de cuántas cosas te acusan.
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5 |
Pero Jesús no le contestó, con gran admiración de Pilato.
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(Mt 27,15-26; Lc 23,17-25; cfr. Jn 18,39–19,1.4-16)
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6 |
Para la fiesta solía dejarles libre un preso, el que pedían.
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7 |
Un tal Barrabás estaba encarcelado con otros amotinados que en una revuelta habían cometido un homicidio.
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8 |
La gente subió y empezó a pedirle el indulto acostumbrado.
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9 |
Pilato les respondió: —¿Quieren que les suelte al rey de los judíos?
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10 |
Pues comprendía que los sumos sacerdotes lo habían entregado por envidia.
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11 |
Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente para que pidieran más bien la libertad de Barrabás.
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12 |
Pilato respondió otra vez: —¿Y qué quieren que haga con el que llaman rey de los judíos?
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13 |
Gritaron: —¡Crucifícalo!
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14 |
Pilato dijo: —Pero, ¿qué mal ha hecho? Ellos gritaban más fuerte: —¡Crucifícalo!
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15 |
Pilato, decidido a dejar contenta a la gente, les soltó a Barrabás y a Jesús lo entregó para que lo azotaran y lo crucificaran.
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(Mt 27,27-31; cfr. Jn 19,2s)
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16 |
Los soldados se lo llevaron dentro del palacio, al pretorio, y convocaron a toda la guardia.
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17 |
Lo vistieron de púrpura, trenzaron una corona de espinas y se la colocaron.
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18 |
Y se pusieron a hacerle una reverencia: —¡Salud, rey de los judíos!
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19 |
Le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y doblando la rodilla le rendían homenaje.
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20 |
Terminada la burla, le quitaron la púrpura, lo vistieron con su ropa y lo sacaron para crucificarlo.
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Crucifixión y muerte de Jesús
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(Mt 27,32-56; cfr. Lc 23,26-49; Jn 19,17-30)
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21 |
Pasaba por allí de vuelta del campo un tal Simón de Cirene, padre de Alejandro y Rufo, y lo forzaron a cargar con la cruz.
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22 |
Lo condujeron al Gólgota, que significa Lugar de la Calavera.
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23 |
Le ofrecieron vino con mirra, pero él no lo tomó.
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24 |
Lo crucificaron y se repartieron su ropa, echando a suertes lo que le tocara a cada uno.
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25 |
Eran las nueve de la mañana cuando lo crucificaron.
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26 |
La inscripción que indicaba la causa de la condena decía: El rey de los judíos.
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27 |
Con él crucificaron a dos asaltantes, uno a la derecha y otro a la izquierda.
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28 |
Y se cumplió la Escritura que dice: Y fue contado entre los malhechores.
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29 |
Los que pasaban lo insultaban moviendo la cabeza y decían: —El que derriba el santuario y lo reconstruye en tres días,
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30 |
sálvate a ti mismo bajando de la cruz.
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31 |
A su vez los sumos sacerdotes, burlándose entre sí, comentaban con los letrados: —Ha salvado a otros pero a sí mismo no se puede salvar.
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32 |
El Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz para que lo veamos y creamos. Y también lo insultaban los que estaban crucificados con él.
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33 |
Al mediodía se oscureció todo el territorio hasta media tarde.
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34 |
A esa hora Jesús gritó con voz potente: Eloi eloi lema sabaktani, que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
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35 |
Algunos de los presentes, al oírlo, comentaban: —Está llamando a Elías.
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36 |
Uno empapó una esponja en vinagre, la sujetó a una caña y le ofreció de beber diciendo: —¡Quietos! A ver si viene Elías a librarlo.
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37 |
Pero Jesús, lanzando un grito, expiró.
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38 |
El velo del santuario se rasgó en dos de arriba abajo.
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39 |
El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo expiró, dijo: —Realmente este hombre era Hijo de Dios.
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40 |
Estaban allí mirando a distancia unas mujeres, entre ellas María Magdalena, María, madre de Santiago el Menor y de José, y Salomé,
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41 |
quienes, cuando estaba en Galilea, le habían seguido y servido; y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.
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(Mt 27,57-61; Lc 23,50-56; cfr. Jn 19,38-42)
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42 |
Ya anochecía; y como era el día de la preparación, víspera de sábado,
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43 |
José de Arimatea, consejero respetado, que esperaba el reino de Dios, tuvo la osadía de presentarse a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús.
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44 |
Pilato se extrañó de que ya hubiera muerto. Llamó al centurión y le preguntó si ya había muerto.
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45 |
Informado por el centurión, le concedió el cuerpo a José.
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46 |
Éste compró una sábana, lo bajó de la cruz, lo envolvió en la sábana y lo colocó en un sepulcro excavado en la roca. Después hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro.
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47 |
María Magdalena y María de José observaban dónde lo habían puesto.
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