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Marcos
Capítulo 
1 |
Desde allí se encaminó al territorio de Judea, al otro lado del Jordán. De nuevo se acercó a él una multitud y, según su costumbre, se puso a enseñar.
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2 |
Llegaron unos fariseos y, para ponerlo a prueba, le preguntaron: —¿Puede un hombre separarse de su mujer?
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3 |
Les contestó: —¿Qué les mandó Moisés?
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Respondieron: —Moisés permitió escribir el acta de divorcio y separarse.
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5 |
Jesús les dijo: —Porque son duros de corazón Moisés escribió ese precepto.
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6 |
Pero al principio de la creación Dios los hizo hombre y mujer,
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y por eso abandona un hombre a su padre y a su madre, se une a su mujer
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8 |
y los dos se hacen una sola carne. De suerte que ya no son dos, sino una sola carne.
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9 |
Así pues, lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.
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10 |
Una vez en casa, los discípulos le preguntaron de nuevo acerca de aquello.
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11 |
Él les dijo: —El que se divorcia de su mujer y se casa con otra comete adulterio contra la primera.
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12 |
Si ella se divorcia del marido y se casa con otro, comete adulterio.
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(Mt 19,13-15; Lc 18,15-17)
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13 |
Le traían niños para que los tocara, y los discípulos los reprendían.
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14 |
Jesús, al verlo, se enojó y dijo: —Dejen que los niños se acerquen a mí; no se lo impidan, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos.
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15 |
Les aseguro, el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
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16 |
Y los acariciaba y bendecía imponiendo las manos sobre ellos.
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(Mt 19,16-30; Lc 18,18-30)
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17 |
Cuando se puso en camino, llegó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó: —Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar vida eterna?
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18 |
Jesús le respondió: —¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno fuera de Dios.
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19 |
Conoces los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no jurarás en falso, no defraudarás, honra a tu padre y a tu madre.
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20 |
Él le contestó: —Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud.
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21 |
Jesús lo miró con cariño y le dijo: —Una cosa te falta: ve, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después sígueme.
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22 |
Ante estas palabras, se llenó de pena y se marchó triste; porque era muy rico.
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23 |
Jesús mirando alrededor dijo a sus discípulos: —Difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas.
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24 |
Los discípulos se asombraron de lo que decía. Pero Jesús insistió: —¡Qué difícil es entrar en el reino de Dios!
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25 |
Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el reino de Dios.
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26 |
Ellos llenos de asombro y temor se decían: —Entonces, ¿quién puede salvarse?
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27 |
Jesús los quedó mirando y les dijo: —Para los hombres es imposible, pero no para Dios; porque para Dios todo es posible.
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28 |
Pedro entonces le dijo: —Mira, nosotros hemos dejado todo y te hemos seguido.
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29 |
Jesús le contestó: —Les aseguro que todo el que deje casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o campos por mí y por la Buena Noticia
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30 |
ha de recibir en esta vida cien veces más en casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y campos, en medio de las persecuciones, y en el mundo futuro la vida eterna.
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31 |
Porque muchos primeros serán los últimos y muchos últimos serán los primeros.
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Tercer anuncio de la pasión y resurrección
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(Mt 20,17-19; Lc 18,31-34)
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32 |
Iban de camino, subiendo hacia Jerusalén. Jesús iba adelante, los que le seguían estaban sorprendidos y con miedo. Él reunió otra vez a los Doce y se puso a anunciarles lo que le iba a suceder:
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33 |
—Miren, estamos subiendo a Jerusalén: el Hijo del Hombre será entregado a los sumos sacerdotes y los letrados, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos,
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34 |
que se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y le darán muerte, y luego de tres días resucitará.
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35 |
Se le acercaron los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: —Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir.
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Les preguntó: —¿Qué quieren de mí?
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37 |
Le respondieron: —Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.
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38 |
Jesús replicó: —No saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que yo he de beber o recibir el bautismo que yo voy a recibir?
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39 |
Ellos respondieron: —Podemos. Jesús les dijo: —La copa que yo voy a beber también la beberán ustedes, el bautismo que yo voy a recibir también lo recibirán ustedes;
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40 |
pero sentarse a mi derecha y a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado.
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41 |
Cuando los otros lo oyeron, se enojaron con Santiago y Juan.
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(Mt 20,25-28; Lc 22,25-27)
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42 |
Pero Jesús los llamó y les dijo: —Saben que entre los paganos los que son tenidos por gobernantes dominan a las naciones como si fueran sus dueños y los poderosos imponen su autoridad.
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43 |
No será así entre ustedes; más bien, quien entre ustedes quiera llegar a ser grande que se haga servidor de los demás;
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44 |
y quien quiera ser el primero que se haga sirviente de todos.
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45 |
Porque el Hijo del Hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.
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(Mt 20,29-34; Lc 18,35-43)
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46 |
Llegaron a Jericó. Y cuando salía de allí con sus discípulos y un gentío considerable, Bartimeo, hijo de Timeo, un mendigo ciego, estaba sentado al costado del camino.
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47 |
Al oír que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: —¡Jesús, Hijo de David, compadécete de mí!
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48 |
Muchos lo reprendían para que se callase. Pero él gritaba más fuerte: —¡Hijo de David, compadécete de mí!
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49 |
Jesús se detuvo y dijo: —Llámenlo. Llamaron al ciego diciéndole: —¡Ánimo, levántate, que te llama!
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50 |
Él dejó el manto, se puso en pie y se acercó a Jesús.
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51 |
Jesús le preguntó: —¿Qué quieres de mí? Contestó el ciego: —Maestro, que recobre la vista.
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52 |
Jesús le dijo: —Vete, tu fe te ha salvado. Al instante recobró la vista y lo seguía por el camino.
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