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Mateo
Capítulo 
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Sobre la práctica de las obras buenas
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1 |
Cuídense de hacer obras buenas en público solamente para que los vean; de lo contrario no serán recompensados por su Padre del cielo.
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2 |
Cuando des limosna no hagas tocar la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que los alabe la gente. Les aseguro que ya han recibido su paga.
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3 |
Cuando tú hagas limosna, no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha;
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4 |
de ese modo tu limosna quedará escondida, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.
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5 |
Cuando ustedes oren no hagan como los hipócritas, que gustan rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas para exhibirse
a la gente. Les aseguro que ya han recibido su paga.
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6 |
Cuando tú vayas a orar, entra en tu habitación, cierra la puerta y reza a tu Padre a escondidas. Y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.
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7 |
Cuando ustedes recen no sean charlatanes como los paganos, que piensan que por mucho hablar serán escuchados.
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8 |
No los imiten, pues el Padre de ustedes sabe lo que necesitan antes de que se lo pidan.
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9 |
Ustedes oren así: ¡Padre nuestro que estás en el cielo! Santificado sea tu Nombre,
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10 |
venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo;
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11 |
danos hoy nuestro pan de cada día,
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12 |
perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
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13 |
no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
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14 |
Pues si perdonan a los demás las ofensas, su Padre del cielo los perdonará a ustedes,
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15 |
pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.
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16 |
Cuando ustedes ayunen no pongan cara triste como los hipócritas, que desfiguran
la cara para hacer ver a la gente que ayunan. Les aseguro que ya han recibido su paga.
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17 |
Cuando tú ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara,
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18 |
de modo que tu ayuno no lo vean los demás, sino tu Padre, que está escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.
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19 |
No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los destruyen, donde los ladrones perforan paredes y roban.
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20 |
Acumulen tesoros en el cielo, donde no roe la polilla ni destruye la herrumbre, donde los ladrones no abren brechas ni roban.
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21 |
Pues donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón.
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22 |
La lámpara del cuerpo es el ojo: por tanto, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz;
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23 |
pero si tu ojo está enfermo, todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad. Y si tu fuente de luz está a oscuras, ¡cuánta oscuridad habrá!
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24 |
Nadie puede estar al servicio de dos señores, pues odiará a uno y amará al otro
o apreciará a uno y despreciará al otro. No pueden estar al servicio de Dios y del dinero.
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25 |
Por eso les digo que no anden angustiados
por la comida y la bebida para conservar
la vida o por la ropa para cubrir el cuerpo. ¿No vale más la vida que el alimento?, ¿el cuerpo más que la ropa?
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26 |
Miren las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni recogen en graneros, y sin embargo, el Padre del cielo las alimenta.
¿No valen ustedes más que ellas?
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27 |
¿Quién de ustedes puede, por mucho que se inquiete, prolongar un poco su vida?
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28 |
¿Por qué se angustian por la vestimenta?
Miren cómo crecen los lirios silvestres,
sin trabajar ni hilar.
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29 |
Les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos.
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30 |
Pues si a la hierba del campo, que hoy crece y mañana la echan al horno, Dios la viste así, ¿no los vestirá mejor a ustedes, hombres de poca fe?
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31 |
En conclusión, no se angustien pensando:
¿qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿con qué nos vestiremos?
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32 |
Todo eso buscan ansiosamente los paganos.
Pero el Padre del cielo sabe que ustedes tienen necesidad de todo aquello.
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33 |
Busquen primero el reino de Dios y su justicia, y lo demás lo recibirán por añadidura.
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34 |
Por eso, no se preocupen del mañana, que el mañana se ocupará de sí. A cada día le basta su problema.
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