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Mateo
Capítulo 
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Sermón del monte: las bienaventuranzas
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1 |
Al ver a la multitud, subió al monte. Se sentó y se le acercaron los discípulos.
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2 |
Tomó la palabra y comenzó a enseñarles del siguiente modo:
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3 |
Felices los pobres de corazón, porque el reino de los cielos les pertenece.
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4 |
Felices los afligidos, porque serán consolados.
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5 |
Felices los desposeídos, porque heredarán la tierra.
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6 |
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
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7 |
Felices los misericordiosos, porque serán tratados con misericordia.
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8 |
Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios.
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9 |
Felices los que trabajan por la paz, porque se llamarán hijos de Dios.
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10 |
Felices los perseguidos por causa del bien, porque el reino de los cielos les pertenece.
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11 |
Felices ustedes cuando los injurien, los persigan y los calumnien de todo por mi causa.
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12 |
Alégrense y estén contentos pues la paga que les espera en el cielo es abundante. De ese mismo modo persiguieron a los profetas anteriores a ustedes.
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Imagen de los discípulos: sal y luz
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13 |
Ustedes son la sal de la tierra. Si la sal
se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá su sabor? Sólo sirve para tirarla y que la pise la gente.
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14 |
Ustedes son la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad construida sobre un monte.
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15 |
No se enciende una lámpara para meterla en un cajón, sino que se pone en el candelero para que alumbre a todos en la casa.
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16 |
Brille igualmente la luz de ustedes ante los hombres, de modo que cuando ellos vean sus buenas obras, glorifiquen al Padre de ustedes que está en el cielo.
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17 |
No piensen que he venido a abolir la ley o los profetas. No vine para abolir, sino para cumplir.
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18 |
Les aseguro que mientras duren el cielo y la tierra, ni una letra, ni una coma de la ley dejará de realizarse.
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19 |
Por tanto, quien quebrante el más mínimo de estos mandamientos y enseñe a otros a hacerlo será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero quien lo cumpla y lo enseñe será considerado grande en el reino de los cielos.
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20 |
Porque les digo que si el modo de obrar de ustedes no supera al de los letrados y fariseos, no entrarán en el reino de los cielos.
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21 |
Ustedes han oído que se dijo a los antiguos: No matarás; el homicida responderá ante el tribunal.
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22 |
Pues yo les digo que todo el que se enoje contra su hermano responderá ante el tribunal. Quien llame a su hermano imbécil responderá ante el Consejo. Quien lo llame estúpido incurrirá en la pena del infierno de fuego.
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23 |
Si mientras llevas tu ofrenda al altar te
acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,
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24 |
deja la ofrenda delante del altar, ve primero a reconciliarte con tu hermano y después vuelve a llevar tu ofrenda.
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25 |
Con quien tienes pleito busca rápidamente un acuerdo, mientras vas de camino con él. Si no, te entregará al juez, el juez al comisario y te meterán en la cárcel.
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26 |
Te aseguro que no saldrás hasta haber pagado el último centavo.
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27 |
Ustedes han oído que se dijo: No cometerás adulterio.
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28 |
Pues yo les digo que quien mira a una mujer deseándola ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
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29 |
Si tu ojo derecho te lleva a pecar, sácatelo y tíralo lejos de ti. Más te vale perder una parte de tu cuerpo que ser arrojado entero al infierno.
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30 |
Y si tu mano derecha te lleva a pecar, córtatela y tírala lejos de ti. Más te vale perder una parte de tu cuerpo que terminar entero en el infierno.
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31 |
Se dijo: Quien repudie a su mujer que le dé acta de divorcio.
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32 |
Pues yo les digo que quien repudia a su mujer –salvo en caso de concubinato– la induce a adulterio, y quien se case con una divorciada comete adulterio.
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Respecto a los juramentos
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33 |
Ustedes, también, han oído que se dijo a los antiguos: No jurarás en falso y cumplirás tus juramentos al Señor.
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34 |
Pues yo les digo que no juren en absoluto: ni por el cielo, que es trono de Dios;
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35 |
ni por la tierra, que es tarima de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del gran Rey;
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36 |
ni jures tampoco por tu cabeza, pues no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos.
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37 |
Que la palabra de ustedes sea sí, sí; no, no. Lo que se añada luego procede del Maligno.
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38 |
Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente.
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39 |
Pues yo les digo que no opongan resistencia al que les hace el mal. Antes bien, si uno te da una bofetada en tu mejilla derecha, ofrécele también la otra.
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40 |
Al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica déjale también el manto.
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41 |
Si uno te obliga a caminar mil pasos, haz con él dos mil.
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42 |
Da a quien te pide y al que te solicite dinero prestado no lo esquives.
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43 |
Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo.
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44 |
Pues yo les digo: Amen a sus enemigos, oren por sus perseguidores.
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45 |
Así serán hijos de su Padre del cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e injustos.
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46 |
Si ustedes aman sólo a quienes los aman, ¿qué premio merecen? También hacen lo mismo los recaudadores de impuestos.
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47 |
Si saludan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? También hacen lo mismo los paganos.
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48 |
Por tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el cielo.
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