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Capítulo 
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Sobre la destrucción del Templo
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| 1 |
Jesús salió del templo y, mientras caminaba, se le acercaron los discípulos y le señalaron las construcciones del templo.
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| 2 |
Él les contestó:
¿Ven todo eso? Les aseguro que se derrumbará sin que quede piedra sobre piedra.
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| 3 |
Estando sentado en el monte de los Olivos, se le acercaron los discípulos aparte y le preguntaron:
—Dinos cuándo sucederá eso y cuál es la señal de tu llegada y del fin del mundo.
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| 4 |
Jesús les respondió:
—¡Tengan cuidado, y que nadie los engañe!
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| 5 |
Porque muchos se presentarán en mi nombre, diciendo que son el Mesías, y engañarán a muchos.
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| 6 |
Oirán hablar de guerras y noticias de guerras. ¡Tengan cuidado y no se alarmen! Todo eso ha de suceder, pero todavía no es el final.
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| 7 |
Se alzará pueblo contra pueblo, reino contra reino. Habrá carestías y terremotos en diversos lugares.
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| 8 |
Todo eso es el comienzo de los dolores de parto.
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| 9 |
Los entregarán para torturarlos y matarlos; todos los pueblos los odiarán a causa de mi nombre.
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| 10 |
Entonces muchos fallarán, se traicionarán y se odiarán mutuamente.
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| 11 |
Surgirán muchos falsos profetas que engañarán a muchos.
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| 12 |
Y, al crecer la maldad, se enfriará el amor de muchos.
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| 13 |
Pero el que aguante hasta el final se salvará.
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| 14 |
La Buena Noticia del reino se proclamará a todas las naciones, y entonces llegará el final.
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(Mc 13,14-20; Lc 21,20-24)
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| 15 |
Cuando vean instalado en el lugar sagrado el ídolo abominable anunciado por el profeta Daniel –el lector que lo entienda–,
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| 16 |
entonces los que viven en Judea que escapen a los montes;
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| 17 |
el que esté en la azotea que no baje a recoger sus cosas;
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el que se encuentre en el campo que no vuelva a buscar el manto.
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| 19 |
¡Ay de las embarazadas y de las que tengan niños pequeños en aquellos días!
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| 20 |
Recen para que la huida no suceda en invierno o en sábado.
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| 21 |
Habrá una tribulación tan grande como no la hubo desde el comienzo del mundo hasta ahora, ni la habrá en el futuro.
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| 22 |
Si no se acortara aquel tiempo, no se salvaría ni uno. Pero, en atención a los elegidos, se acortará aquel tiempo.
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| 23 |
Entonces, si alguien les dice que el Mesías está aquí o allí, no le crean.
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| 24 |
Surgirán falsos mesías y falsos profetas, que harán milagros y prodigios, hasta el punto de engañar, si fuera posible, incluso a los elegidos.
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| 25 |
Miren que los he prevenido.
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| 26 |
Si les dicen: Miren, está en el desierto, no salgan; o: Miren, está en un lugar secreto, no hagan caso.
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| 27 |
Porque como el relámpago que aparece en el oriente y brilla hasta el occidente, así será la llegada del Hijo del Hombre.
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| 28 |
Donde esté el cadáver allí se reunirán los buitres.
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(Mc 13,24-27; Lc 21,25-28)
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| 29 |
Inmediatamente después de esa tribulación, el sol se oscurecerá, la luna no irradiará su resplandor; las estrellas caerán del cielo y los ejércitos celestes temblarán.
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| 30 |
Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre. Todas las razas del mundo harán duelo y verán al Hijo del Hombre llegar en las nubes del cielo, con gloria y poder grande.
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| 31 |
Enviará a sus ángeles a reunir, con un gran toque de trompeta, a los elegidos de los cuatro vientos, de un extremo a otro del cielo.
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(Mc 13,28-31; Lc 21,29-33)
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| 32 |
Aprendan el ejemplo de la higuera: cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las hojas, saben que está cerca la primavera.
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| 33 |
Lo mismo ustedes, cuando vean que sucede todo eso, sepan que el fin está cerca, a las puertas.
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| 34 |
Les aseguro que no pasará esta generación antes de que suceda todo eso.
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| 35 |
Cielo y tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
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| 36 |
En cuanto al día y a la hora, no los conoce nadie, ni los ángeles del cielo ni el Hijo; sólo los conoce el Padre.
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| 37 |
La llegada del Hijo del Hombre será como en tiempos de Noé:
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en aquellos días anteriores al diluvio la gente comía y bebía y se casaban, hasta que Noé se metió en el arca.
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| 39 |
Y ellos no se enteraron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos. Así será la llegada del Hijo del Hombre.
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| 40 |
Estarán dos hombres en un campo: a uno se lo llevarán, al otro lo dejarán;
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dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán, a la otra la dejarán.
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| 42 |
Por tanto estén prevenidos porque no saben el día que llegará su Señor.
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Ustedes ya saben que si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, estaría vigilando y no permitiría que asalten su casa.
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| 44 |
Por tanto, estén preparados, porque el Hijo del Hombre llegará cuando menos lo esperen.
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(Lc 12,42-48; cfr. Mc 13,34-37)
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¿Quién es el sirviente fiel y prudente, encargado por su señor de repartir a sus horas la comida a los de casa?
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Dichoso el sirviente a quien su señor, al llegar, lo encuentre trabajando así.
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Les aseguro que le encomendará todas sus posesiones.
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En cambio, si un sirviente malo, pensando que su señor tardará,
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se pone a pegar a los compañeros, a comer y beber con los borrachos,
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vendrá el señor de aquel sirviente, el día y la hora menos pensada
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y lo castigará dándole el destino de los hipócritas. Allí será el llanto y el crujir de dientes.
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