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Mateo
Capítulo 
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Invectiva contra los letrados y los fariseos
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1 |
Entonces Jesús, dirigiéndose a la multitud y a sus discípulos,
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2 |
dijo: —En la cátedra de Moisés se han sentado los letrados y los fariseos.
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3 |
Ustedes hagan y cumplan lo que ellos digan, pero no los imiten; porque dicen y no hacen.
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4 |
Atan fardos pesados, difíciles de llevar, y se los cargan en la espalda a la gente, mientras ellos se niegan a moverlos con el dedo.
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5 |
Todo lo hacen para exhibirse ante la gente: llevan cintas anchas y flecos llamativos en sus mantos.
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6 |
Les gusta ocupar los primeros puestos en las comidas y los primeros asientos en las sinagogas;
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7 |
que los salude la gente por la calle y los llamen maestros.
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8 |
Ustedes no se hagan llamar maestros, porque uno solo es su maestro, mientras que todos ustedes son hermanos.
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9 |
En la tierra a nadie llamen padre, pues uno solo es su Padre, el del cielo.
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10 |
Ni se llamen jefes, porque sólo tienen un jefe que es el Mesías.
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11 |
El mayor de ustedes que se haga servidor de los demás.
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12 |
Quien se alaba será humillado, quien se humilla será alabado.
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13 |
¡Ay de ustedes, letrados y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el reino de los cielos! ¡No entran ni dejan entrar a los que lo intentan!
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14 |
¡Ay de ustedes, letrados y fariseos hipócritas, que devoran los bienes de las viudas, mientras hacen largas oraciones para que los tengan por justos! ¡La sentencia para ustedes será más severa!
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15 |
¡Ay de ustedes, letrados y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para ganar un partidario, y cuando lo consiguen, lo hacen doblemente más merecedor del infierno que ustedes!
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16 |
¡Ay de ustedes, guías ciegos, que dicen: Quien jura por el santuario no se compromete, quien jura por el oro del santuario queda comprometido!
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17 |
¡Tontos y ciegos!, ¿qué es más importante? ¿El oro o el santuario que consagra el oro?
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18 |
Dicen: Quien jura por el altar no se compromete, quien jura por la ofrenda que hay sobre el altar queda comprometido.
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19 |
¡Ciegos! ¿Qué es más importante? ¿La ofrenda o el altar que consagra la ofrenda?
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20 |
Porque quien jura por el altar jura por él y por cuanto hay sobre él;
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21 |
y quien jura por el santuario jura por él y por quien lo habita;
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22 |
y quien jura por el cielo jura por el trono de Dios y por el que está sentado en él.
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23 |
¡Ay de ustedes, letrados y fariseos hipócritas, que pagan el impuesto de la menta, del anís y del comino, y descuidan lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe! ¡Eso es lo que hay que observar, sin descuidar lo otro!
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24 |
¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito y se tragan el camello!
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25 |
¡Ay de ustedes, letrados y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de inmoralidad y robos!
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26 |
¡Fariseo ciego, limpia primero por dentro la copa y así quedará limpia por fuera!
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27 |
¡Ay de ustedes, letrados y fariseos hipócritas, que parecen sepulcros blanqueados: por fuera son hermosos, por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda clase de inmundicia!
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28 |
Así también son ustedes, por fuera parecen honrados delante de la gente, pero por dentro están llenos de hipocresía y maldad.
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29 |
¡Ay de ustedes, letrados y fariseos hipócritas, que construyen sepulcros grandiosos a los profetas y monumentos a los justos,
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30 |
mientras comentan: Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros antepasados, no habríamos participado en el asesinato de los profetas.
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31 |
Con lo cual reconocen que son descendientes de los que mataron a los profetas.
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32 |
Ustedes, pues, terminen de hacer lo que iniciaron sus antepasados.
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33 |
¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo evitarán el juicio del infierno?
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34 |
Miren, para eso les estoy enviando profetas, sabios y letrados: a unos los matarán y crucificarán, a otros los azotarán en las sinagogas y los perseguirán de ciudad en ciudad.
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35 |
Así recaerá sobre ustedes toda la sangre inocente derramada en la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, a quien ustedes mataron entre el santuario y el altar.
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36 |
Les aseguro que todo recaerá sobre esta generación.
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Lamentación por Jerusalén
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¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los enviados! ¡Cuántas veces intenté reunir a tus hijos como la gallina reúne los pollitos bajo sus alas, y tú te negaste!
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38 |
Por eso, la casa de ustedes quedará desierta.
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39 |
Les digo que a partir de ahora no volverán a verme hasta que digan: Bendito el que viene en el nombre del Señor.
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