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Mateo
Capítulo 
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Parábola del banquete de bodas
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1 |
Jesús tomó de nuevo la palabra y
les habló con parábolas:Jesús tomó de nuevo la palabra y
les habló con parábolas:
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2 |
El reino de los cielos se parece a un rey
que celebraba la boda de su hijo.
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3 |
Envió a sus sirvientes para llamar a los invitados a la boda, pero éstos no quisieron ir.
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4 |
Entonces envió a otros sirvientes encargándoles que dijeran a los invitados: Tengo el banquete preparado, mis mejores animales ya han sido degollados y todo está a punto; vengan a la boda.
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5 |
Pero ellos se desentendieron: uno se fue a su campo, el otro a su negocio;
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6 |
otros agarraron a los sirvientes, los maltrataron y los mataron.
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7 |
El rey se indignó y, enviando sus tropas, acabó con aquellos asesinos e incendió su ciudad.
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8 |
Después dijo a sus sirvientes: El banquete
nupcial está preparado, pero los invitados
no se lo merecían.
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9 |
Vayan a los cruces de caminos y a cuantos encuentren invítenlos a la boda.
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10 |
Salieron los sirvientes a los caminos y reunieron a cuantos encontraron, malos y buenos. El salón se llenó de convidados.
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11 |
Cuando el rey entró para ver a los invitados, observó a uno que no llevaba traje apropiado.
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12 |
Le dijo: Amigo, ¿cómo has entrado sin traje apropiado? Él enmudeció.
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13 |
Entonces el rey mandó a los guardias: Átenlo de pies y manos y échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el crujir de dientes.
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14 |
Porque son muchos los invitados pero pocos los elegidos.
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Sobre el tributo al césar
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(Mc 12,13-17; Lc 20,20-26)
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15 |
Entonces los fariseos se reunieron para buscar un modo de enredarlo con sus palabras.
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16 |
Le enviaron algunos discípulos suyos acompañados de herodianos, que le dijeron: —Maestro, nos consta que eres sincero, que enseñas con fidelidad el camino de Dios y que no te fijas en la condición de
las personas porque eres imparcial.
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17 |
Dinos tu opinión: ¿es lícito pagar tributo al césar o no?
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18 |
Jesús, adivinando su mala intención, les dijo: —¿Por qué me tientan, hipócritas?
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19 |
Muéstrenme la moneda del tributo. Le presentaron un denario.
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20 |
Y él les dijo: —¿De quién es esta imagen y esta inscripción?
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21 |
Contestaron: —Del césar. Entonces les dijo: —Den, pues, al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios.
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22 |
Al oírlo, se sorprendieron, lo dejaron y se fueron.
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(Mc 12,18-27; Lc 20,27-40)
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23 |
En aquella ocasión se acercaron unos saduceos –que niegan la resurrección– y le dijeron:
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24 |
—Maestro, Moisés mandó que, cuando uno muera sin hijos, su hermano se case con la viuda para dar descendencia al hermano difunto.
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25 |
Pues bien, había en nuestra comunidad siete hermanos. El primero se casó, murió sin tener hijos y dejó la mujer a su hermano.
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26 |
Lo mismo pasó con el segundo y el tercero, hasta el séptimo.
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27 |
Después de todos murió la mujer.
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28 |
Cuando resuciten, ¿de cuál de los siete será mujer? Pues todos fueron maridos suyos.
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29 |
Les contestó Jesús: —Están equivocados por no conocer la Escritura ni el poder de Dios.
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30 |
Cuando resuciten, no se casarán ni los hombres ni las mujeres, sino que serán como ángeles en el cielo.
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31 |
Y a propósito de la resurrección, ¿no han leído lo que les dice Dios:
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32 |
Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob? No es Dios de muertos, sino de vivos.
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33 |
La multitud al oírlo estaba asombrada de su enseñanza.
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Sobre el precepto más importante
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(Mc 12,28-34; Lc 10,25-28)
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34 |
Al enterarse los fariseos de que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron alrededor de él;
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35 |
y uno de ellos, doctor en la ley le preguntó maliciosamente:
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36 |
—Maestro, ¿cuál es el precepto más importante en la ley?
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37 |
Le respondió: —Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente.
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38 |
Éste es el precepto más importante;
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39 |
pero el segundo es equivalente: Amarás al prójimo como a ti mismo.
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40 |
De estos dos mandamientos dependen la ley entera y los profetas.
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(Mc 12,35-37; Lc 20,41-44)
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41 |
Estando reunidos los fariseos, Jesús les hizo esta pregunta:
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42 |
—¿Qué piensan acerca del Mesías? ¿De quién es hijo? Ellos le responden: —De David.
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43 |
Él les dijo: —Entonces, ¿cómo David, inspirado, lo llama Señor, diciendo:
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44 |
Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies?
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45 |
Si David lo llama Señor, ¿cómo puede ser su hijo?
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46 |
Ninguno pudo darle una respuesta, y en adelante nadie se atrevió a hacerle preguntas.
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