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Mateo
Capítulo 
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Le piden una señal celeste
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1 |
Se acercaron los fariseos y saduceos y, para tentarlo, le pidieron que les mostrara una señal del cielo.
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2 |
Él les contestó: —Al atardecer ustedes dicen: va a hacer buen tiempo porque el cielo está rojo.
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3 |
Por la mañana dicen: hoy seguro llueve porque el cielo está rojo oscuro. Saben distinguir el aspecto del cielo y no distinguen las señales de los tiempos.
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4 |
Esta generación perversa y adúltera reclama una señal; y no se le dará más señal que la de Jonás. Los dejó y se fue.
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Ceguera de los discípulos
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5 |
Al atravesar a la otra orilla, los discípulos se olvidaron de llevar pan.
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6 |
Jesús les dijo: —¡Pongan atención y cuídense de la levadura de los fariseos y saduceos!
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7 |
Ellos comentaban: Se refiere a que no
hemos traído pan.
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8 |
Cayendo en cuenta, Jesús les dijo: —¿Qué comentan, hombres de poca fe? ¿Acaso no tienen pan?
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9 |
¿Todavía no entienden? ¿No se acuerdan de los cinco panes para los cinco mil y cuántos canastos sobraron?
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10 |
¿O de los siete panes para los cuatro mil y cuántas canastas sobraron?
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11 |
¿No se dan cuenta que no me refería a los panes? ¡Aléjense de la levadura de los fariseos y saduceos!
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12 |
Entonces entendieron que no hablaba de cuidarse de la levadura del pan, sino de la enseñanza de los fariseos y saduceos.
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(Mc 8,27-30; Lc 9,18-21; cfr. Jn 6,67-71)
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13 |
Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Felipe, preguntó a los discípulos: —¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?
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14 |
Ellos contestaron: —Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, que es Elías; otros, Jeremías o algún otro profeta.
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15 |
Él les dijo: —Y ustedes, ¿quién dicen que soy?
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16 |
Simón Pedro respondió: —Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
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17 |
Jesús le dijo: —¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre del cielo!
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18 |
Pues yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra construiré mi Iglesia, y el imperio de la muerte no la vencerá.
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19 |
A ti te daré las llaves del reino de los cielos: lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo; lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.
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20 |
Entonces les ordenó que no dijeran a nadie que él era el Mesías.
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Primer anuncio de la pasión y resurrección
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21 |
A partir de entonces Jesús comenzó a explicar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén, padecer mucho por causa de los ancianos, sumos sacerdotes y letrados, sufrir la muerte y al tercer día resucitar.
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22 |
Pedro se lo llevó aparte y se puso a reprenderlo: —¡Dios no lo permita, Señor! No te sucederá tal cosa.
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23 |
Él se volvió y dijo a Pedro: —¡Aléjate, Satanás! Quieres hacerme caer. Piensas como los hombres, no como Dios.
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Condiciones para ser discípulo
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(Mc 8,34–9,1; Lc 9,23-27)
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24 |
Entonces Jesús dijo a los discípulos: —El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz y me siga.
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25 |
El que quiera salvar su vida la perderá; pero quien pierda la vida por mi causa la conservará.
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26 |
¿De qué le vale al hombre ganar todo el mundo si pierde su vida?, ¿qué precio pagará por su vida?
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27 |
El Hijo del Hombre ha de venir con la gloria de su Padre y acompañado de sus ángeles. Entonces pagará a cada uno según su conducta.
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28 |
Les aseguro: hay algunos de los que están aquí que no morirán antes de ver al Hijo del Hombre venir en su reino.
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