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Mateo
Capítulo 
1 |
En cierta ocasión, Jesús atravesaba unos campos de trigo en día sábado. Sus discípulos, hambrientos, se pusieron a arrancar espigas y comérselas.
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2 |
Los fariseos le dijeron: —Mira, tus discípulos están haciendo en sábado una cosa prohibida.
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3 |
Él les respondió: —¿No han leído lo que hizo David y sus compañeros cuando estaban hambrientos?
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4 |
Entraron en la casa de Dios y comieron los panes consagrados que no les estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros, sino solamente a los sacerdotes.
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5 |
¿No han leído en la ley que, en el templo y en sábado, los sacerdotes quebrantan el reposo sin incurrir en culpa?
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6 |
Ahora bien, yo les digo que aquí hay alguien mayor que el templo.
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7 |
Si comprendieran lo que significa: misericordia quiero y no sacrificios, no condenarían a los inocentes.
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8 |
Porque el Hijo del Hombre es Señor del sábado.
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9 |
Se dirigió a otro lugar y entró en su sinagoga.
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10 |
Había allí un hombre que tenía una mano paralizada. Le preguntaron, con intención de acusarlo, si era lícito sanar en sábado.
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11 |
Él respondió: —Supongamos que uno de ustedes tiene una oveja y un sábado se le cae en un pozo: ¿no la agarraría y la sacaría?
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12 |
Ahora bien, ¡cuánto más vale un hombre que
una oveja! Por tanto, está permitido en sábado hacer el bien.
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13 |
Entonces dijo al hombre: —Extiende la mano.
Él la extendió y se le quedó tan sana
como la otra.
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14 |
Los fariseos salieron y deliberaron cómo acabar con él. Pero Jesús se dio cuenta y se fue de allí.
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15 |
Le seguían muchos; sanaba a todos
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16 |
y les pedía encarecidamente que no lo divulgaran.
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17 |
Así se cumplió lo que anunció el profeta
Isaías:
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18 |
Miren a mi siervo, a mi elegido, a quien prefiero. Sobre él pondré mi Espíritu para que anuncie la justicia a las naciones.
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19 |
No gritará, no discutirá, no voceará por las calles.
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20 |
No quebrará la caña débil, no apagará la vela vacilante, hasta que haga triunfar la justicia.
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21 |
Y en su nombre esperarán las naciones.
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(Mc 3,22-27; Lc 11,14-23)
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22 |
Entonces le llevaron un endemoniado ciego y mudo. Él lo sanó, de modo que recobró la vista y el habla.
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23 |
La multitud asombrada comentaba: —¿No será éste el Hijo de David?
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24 |
Pero los fariseos al oírlo dijeron:
—Éste expulsa demonios con el poder de Belcebú, jefe de los demonios.
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25 |
Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: —Un reino dividido internamente va a la ruina; una ciudad o casa dividida internamente no se mantiene en pie.
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26 |
Si Satanás expulsa a Satanás, ¿cómo se mantendrá su reino?
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27 |
Si yo expulso demonios con el poder
de Belcebú, ¿con qué poder los expulsan
los discípulos de ustedes? Por eso ellos
los juzgarán.
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28 |
Pero si yo expulso los demonios con el Espíritu de Dios, es que ha llegado a ustedes el reino de Dios.
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29 |
¿Puede alguien acaso entrar en casa de un hombre fuerte y llevarse sus cosas si primero no lo ata? Sólo así podrá saquear la casa.
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30 |
El que no está conmigo está contra mí. El que no recoge conmigo desparrama.
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31 |
Por eso les digo que cualquier pecado o blasfemia se les puede perdonar a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no tiene perdón.
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32 |
A quien diga algo contra el Hijo del Hombre se le puede perdonar; a quien lo diga contra el Espíritu Santo no se le perdonará ni en el presente ni en el futuro.
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33 |
Planten un árbol bueno y tendrán un fruto bueno; planten un árbol enfermo y tendrán un fruto dañado. Pues por el fruto conocerán al árbol.
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34 |
¡Raza de víboras! ¿Cómo podrán decir palabras buenas si son malos? De la abundancia del corazón habla la boca.
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35 |
El hombre bueno saca cosas buenas de su tesoro de bondad; el hombre malo saca cosas malas de su tesoro de maldad.
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36 |
Les digo que el día del juicio los hombres deberán dar cuenta de cualquier palabra inconsiderada que hayan dicho.
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37 |
Porque por tus palabras te absolverán y por tus palabras serás condenado.
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38 |
Entonces algunos letrados y fariseos le dijeron: —Maestro, queremos verte hacer alguna señal.
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39 |
Él les contestó: —Una generación malvada y adúltera reclama una señal, y no se le concederá más señal que la señal del profeta Jonás.
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40 |
Como estuvo Jonás en el vientre del pez
tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en las entrañas de la tierra, tres días y tres noches.
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41 |
Durante el juicio se alzarán los habitantes de Nínive contra esta generación y la condenarán porque ellos se
arrepintieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien mayor que Jonás.
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42 |
La reina del sur se alzará en el juicio contra esta generación y la condenará, porque ella vino del extremo de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien mayor que Salomón.
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43 |
Cuando un espíritu inmundo sale de un hombre, recorre lugares áridos buscando descanso, y no lo encuentra.
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44 |
Entonces dice: Me vuelvo a la casa de donde salí. Al volver, la encuentra deshabitada, barrida y arreglada.
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45 |
Entonces va, se asocia a otros siete espíritus peores que él, y se meten a habitar allí. Y el final de aquel hombre resulta peor que el comienzo. Así le sucederá a esta generación malvada.
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La madre y los hermanos de Jesús
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46 |
Todavía estaba hablando a la multitud, cuando se presentaron su madre y sus hermanos, que estaban afuera, deseosos de hablar con él.
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47 |
Uno le dijo: —Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y desean hablar contigo.
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48 |
Él contestó al que se lo decía: —¿Quién es mi madre? ¿Quiénes son mis hermanos?
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49 |
Y señalando con la mano a sus discípulos, dijo: —¡Ahí están mi madre y mis hermanos!
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50 |
Cualquiera que haga la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.
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